Esta maravillosa receta es perfecta en cualquier momento del año, pero es especialmente buena para una cena de Acción de Gracias para unas pocas personas. No tiene sentido cocinar un pavo enorme para sólo dos o tres personas, a no ser que te guste tener kilos de carne sobrante (¡y a algunos les gusta!).
En esta receta el pavo se cocina desde el estado de congelación. Si tienes a alguien en tu familia que está en un grupo de alto riesgo de intoxicación alimentaria (ancianos, muy jóvenes, embarazadas o con una enfermedad crónica), esta puede no ser la tuya. Los expertos en seguridad alimentaria recomiendan que las carnes congeladas no se cocinen en la olla de cocción lenta porque la carne puede calentarse demasiado poco a poco y las bacterias pueden crecer en el producto.
Tenga en cuenta los diferentes tiempos de cocción si utiliza una pechuga con o sin hueso. Y siempre que vaya a servir cualquier tipo de ave, compruebe la temperatura interna final con un termómetro de carne fiable; debe ser de 165 F en la parte más gruesa.
Sirva esta maravillosa receta con puré de patatas caliente, alguna verdura verde como judías verdes al vapor o espárragos asados, y una tarta casera especial de postre.