El inicio del fenómeno global conocido como Odontología «Cosmética» realmente comenzó con la invención de la carilla de porcelana laminada a principios de la década de 1980. Se trataba de una forma de cambiar la forma, el tamaño y el color de un diente o de varios dientes mediante la colocación de una fina capa de porcelana hecha a mano sobre el diente, adhiriéndola directamente a la estructura dental. El concepto y el diseño eran algo así como una uña postiza de acrílico. Esto creaba una adhesión increíblemente duradera, especialmente si la adhesión se realizaba sobre el esmalte (y no sobre la dentina más blanda que se encuentra debajo del esmalte).
Carilla de porcelana (Cortesía de Ivoclar Vivadent).
Inicialmente se diseñó para intentar mejorar un diente sin ninguna preparación o «reducción» del propio diente. Sin embargo, el grosor de la porcelana que se requería para que fuera duradera y evitara la fractura (la porcelana en sección fina es muy frágil) hacía que a menudo los dientes parecieran más gruesos de lo deseado y que la salud de las encías se resintiera debido a que la porcelana era demasiado voluminosa y constituía una trampa para las bacterias de la placa.
Así que los conceptos de Diseño de Sonrisa y preparación mínima de los dientes siguieron, lo que permitió al dentista cosmético ser capaz de diseñar una sonrisa con las formas más ideales, siguiendo el antiguo concepto griego de las Proporciones Doradas.
Las proporciones áureas aplicadas al diseño de los dientes.
Pronto se aplicaron técnicas de simulación y «mock-up» que permitían al dentista y al paciente «previsualizar» el resultado esperado, lo que garantizaba que el diseño elegido se ajustaba a la sonrisa y al rostro del paciente. Las simulaciones se podían llevar a cabo mediante un software digital, modificando una fotografía digital de los dientes del paciente.
A medida que la técnica ganaba en popularidad, se ampliaban los límites de lo que el tratamiento podía ofrecer y nacía el concepto de «ortodoncia en el mismo día». Esto ocurrió en una época en la que los adultos rara vez se sometían a un tratamiento de ortodoncia para enderezar sus dientes (¿eso no era para los niños?) y, de hecho, se sabía poco sobre la eficacia del enderezamiento de los dientes en pacientes adultos. El desafortunado efecto secundario de «enderezar» los dientes torcidos mediante el uso de carillas, era que a menudo se requería una fuerte reducción de los dientes. Se trataba de un procedimiento irreversible que provocaba la pérdida de la estructura del diente para siempre y, en algunos casos, con la fuerte reducción del diente requerida para obtener el resultado que el paciente deseaba, esto ponía en riesgo los nervios de los dientes y, en algunos casos, los tratamientos de conductos eran un desafortunado efecto secundario.
Por suerte, la revolución de la ortodoncia para adultos hizo que muchos pacientes pudieran someterse a un enderezamiento de los dientes y a un blanqueamiento dental para conseguir una gran sonrisa, o bien que se realizara un enderezamiento previo que permitiera una mínima preparación de los dientes con «lentes de contacto».
Más recientemente se ha producido un cambio de moda, pasando de las carillas de porcelana a la «adhesión», que utiliza resina compuesta (material de relleno blanco) para añadir o cubrir completamente (carillas) los dientes para mejorar las sonrisas. De hecho, la resina compuesta se puede utilizar como una alternativa a la porcelana y crear los mismos resultados de diseño de la sonrisa en muchos casos.
Las carillas de porcelana mal hechas también pueden hacer que los dientes parezcan muy «falsos».
Bonding
Las resinas compuestas y su «pulido» y la capacidad de imitar el esmalte dental brillante natural han mejorado mucho en los últimos 10 a 15 años y ahora estos materiales pueden, en algunos casos, tener un aspecto tan bueno, y a veces mejor que las carillas de porcelana. A menudo no requieren mucha o ninguna reducción de los dientes, ya que el material se aplica casi como una pintura espesa o masilla a los dientes y, por tanto, puede mantenerse muy fino. Normalmente no se necesita un técnico de cerámica dental para construir la carilla y, por lo tanto, se ahorra tanto al paciente como al dentista, tiempo y dinero; ¡las carillas de composite suelen costar alrededor de un 50% menos de inversión en comparación con las carillas de porcelana! Suena muy bien, ¿verdad? ¿Por qué querría porcelana si es tan buena?
Antes y después de la adhesión de composite «sin preparación».
La verdad es que ninguna opción de tratamiento o sistema es infalible y ambos tienen sus propios beneficios característicos, así como ambos tienen desventajas, riesgos y complicaciones potenciales. En términos generales, el composite es más barato y menos «invasivo» pero se mancha con el tiempo; también es mucho menos compatible biológicamente. Esto significa que recogerá las bacterias de la placa mucho más fácilmente y será responsable de una mayor inflamación de las encías que la mayoría de las porcelanas, incluso si se colocan con mucho cuidado y se pulen bien.
Carillas
La resina compuesta es, por su propia naturaleza, porosa (tiene pequeños agujeros y vacíos en su superficie). La porcelana no se mancha, es mucho más sana para las encías (siempre que se coloque bien y se haga una correcta reducción del diente cuando sea necesario). Las carillas de porcelana bien colocadas, en una mordida estable y suave, pueden durar 20 años antes de necesitar ser reemplazadas. Las carillas de composite pueden necesitar ser renovadas o incluso completamente reemplazadas después de sólo 3-4 años.
En general, personalmente tiendo a preferir las carillas de composite para los pacientes más jóvenes. Esto se debe principalmente al deseo de evitar la preparación de los dientes, aunque sea mínima. Sin embargo, esto es una generalización, ya que he realizado muchas carillas de porcelana en pacientes menores de 25 años, pero por lo general aquí no se requiere ninguna o sólo una minúscula preparación de los dientes (estos pacientes suelen tener dientes muy pequeños y, a menudo, «ñoños»).
Si el paciente ya tiene muchas coronas o carillas de porcelana, la adhesión de composite no es una opción y las carillas de porcelana son el tratamiento de elección.
El presupuesto es un factor, pero por supuesto los costes a largo plazo de tener que renovar o reemplazar continuamente el composite a menudo superan el ahorro a corto plazo.
Elija su dentista cosmético o estético con cuidado. Mire sus propios portafolios de trabajo en sus clínicas – ¡no confíe siempre en lo que le muestra Instagram!
La habilidad del dentista es también un factor enorme a la hora de decidir sobre la adhesión de composite – este es uno de los tratamientos más desafiantes para hacer en la odontología cosmética y sólo un puñado de dentistas tienen las habilidades naturales o han aprendido las habilidades necesarias para producir excelentes resultados a largo plazo con este tipo de carillas.
La habilidad y la experiencia es, por supuesto, también un factor a la hora de elegir un dentista para hacer su cambio de sonrisa con carillas de porcelana. Dos personas clave están involucradas aquí, el dentista cosmético y el ceramista dental. Los mejores y más naturales resultados «estéticos» vistos con los tratamientos de carillas de porcelana requieren un nivel muy alto de habilidad de estos dos profesionales clave. El «aspecto» final o el estilo de las carillas proviene en gran medida del ceramista, que en su campo es considerado tanto un artista como un artesano.
El mensaje clave es que no hay una talla única, una opción puede o no ser adecuada para usted y es importante discutir todas las opciones cuidadosamente y elegir un dentista cosmético o estético que tenga mucha experiencia y habilidad antes de decidir lo que es correcto para usted.
Mire sus propios portafolios de trabajo (en sus clínicas – ¡no siempre confíe en lo que le muestra Instagram!), su experiencia, su nivel de «acreditación» con academias de odontología estética, sus calificaciones y la formación dental adicional que han hecho en estos campos particulares.
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