Efectos secundarios de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina: consideraciones fisiológicas y no fisiológicas

Efectos secundarios de los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina

La inhibición de la enzima convertidora de angiotensina es una modalidad de tratamiento suficientemente aceptada, y la mayoría de las directrices que abordan el tratamiento de la hipertensión, la enfermedad renal y/o la enfermedad cardiovascular sitúan esta opción terapéutica en un lugar destacado de la jerarquía de tratamiento. A pesar de la universalidad de estas recomendaciones, sigue habiendo problemas en cuanto a la forma más segura de utilizar estos compuestos. El uso de estos fármacos sigue siendo tanto un arte como una ciencia. La ciencia detrás del uso de los inhibidores de la ECA está bien aceptada, el arte, sin embargo, es un trabajo en progreso, con muchas sutilezas de uso que sólo se hacen evidentes después de una amplia experiencia de uso.

Tanto los efectos secundarios fisiológicos como los no fisiológicos pueden ser la base de la intolerancia a los inhibidores de la ECA; sin embargo, lo que constituye una verdadera intolerancia a los inhibidores de la ECA es muy subjetivo, e incluso cuando un cambio fisiológico extremo (como un aumento excesivo de la concentración de creatinina sérica) es la base para la interrupción del fármaco, hay opiniones diferentes sobre cuándo detener (y/o reiniciar) un medicamento de esta clase. Por otra parte, con la disponibilidad de una clase de fármacos como los bloqueadores de los receptores de la angiotensina (ARA), que ofrecen beneficios similares tanto para el control de la presión arterial (PA) como para la protección de los eventos, la decisión se simplifica en cuanto a la duración de la tolerancia de un efecto secundario no fisiológico como la tos. Hasta ahora, la información disponible no es muy convincente en cuanto a que los ARA sean mejor tolerados que los inhibidores de la ECA en relación con los efectos secundarios fisiológicos.

Aunque algunos efectos secundarios de los inhibidores de la ECA pueden resultar peligrosos para la vida (como el angioedema), la mayoría entran en la categoría de no ser más que molestos; sin embargo, en ciertos casos, los efectos secundarios de los inhibidores de la ECA (como la supresión de la producción de glóbulos rojos en el contexto de la eritrocitosis) pueden resultar beneficiosos. La mayoría de los efectos secundarios de los inhibidores de la ECA pueden considerarse como un efecto de clase. El concepto de un cambio intraclase para aliviar un efecto secundario se ha aplicado más comúnmente a la cuestión de la tos relacionada con los IECA. En la mayoría de los casos, un diseño de ensayo poco riguroso resulta ser el desencadenante de una afirmación de superioridad de un IECA (sobre otro) para una tos menos frecuente. Como tal, el simple cambio de un inhibidor de la ECA a otro no aliviará el efecto secundario per se.

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