Los peces hembra tienen la piel desnuda y suelta (piense en una rata topo desnuda) y son carroñeros que buscan en el fondo del océano criaturas muertas o moribundas, escarban en su interior y se comen su salida. También tienen muchos apodos, ninguno de ellos agradable. Aunque se les llama comúnmente «anguilas de limo» y «serpientes de moco», en realidad no son ni serpientes ni anguilas, sino peces sin mandíbula. Los nombres erróneos se deben a su aspecto de anguila y a su notable capacidad para excretar hasta 20 litros (unos 5 galones) de mucosidad lechosa cuando están sometidos a estrés.
La mucosidad es un mecanismo de defensa único que ha permitido a las pintarrojas vagar por los océanos durante 300 millones de años. Cuando un depredador ataca, la baba de la pintarroja recubre sus branquias, sofocando al depredador. Pero aunque la baba ahuyenta a muchos depredadores humanos, también forma parte del atractivo gastronómico del mixto en la cocina coreana. Como la baba del mixto es fibrosa y está llena de proteínas, se utiliza regularmente como sustituto de la clara de huevo. Para ello, a veces se mantiene al hagfish en jaulas, que se sacuden y golpean para agitar al pez, y se recoge la baba resultante.
En los mercados de pescado coreanos, es habitual ver a los mixtos despellejados vivos y asados con cebolla y ajo. En el cruel espectáculo que sigue, las pintarrojas se retuercen en círculos llenos de mocos hasta que las matan, las cocinan, las cortan en dados y las sazonan con una salsa de pimienta roja. También se pueden asar en aceite de sésamo, salar y servir con un trago de licor. Al igual que muchos animales de aspecto fálico, se valoran como afrodisíacos.
La baba de marisco no sólo es comestible; también es un material increíblemente fuerte y versátil. Sus hilos fibrosos son 100 veces más finos que el cabello humano, pero diez veces más fuertes que el nylon. Los investigadores están tratando de encontrar formas de utilizar la baba de pescado en todo tipo de productos, desde bolsas de aire hasta vendas y cuerdas elásticas. Los ingenieros de la Marina estadounidense esperan incluso crear una versión artificial del limo para los sistemas de defensa antimisiles.