Niños, adolescentes y la seguridad de los medicamentos psicotrópicos

Los medicamentos recetados para el trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH), la depresión, la ansiedad y otros trastornos del estado de ánimo -conocidos como medicamentos psicotrópicos- se han estudiado en gran medida en adultos. Esto preocupa a muchos padres cuyos hijos toman estos fármacos con regularidad. Los estudios han analizado con mayor frecuencia la eficacia de estos medicamentos en adolescentes y niños. Ahora, una reciente revisión sistemática de múltiples estudios realizados en niños y adolescentes ofrece nuevas orientaciones sobre la seguridad de los medicamentos de uso común.

¿Qué analizó el estudio?

El objetivo de este estudio era sintetizar de forma exhaustiva las pruebas actuales sobre la seguridad de cuatro clases principales de fármacos psicotrópicos administrados a niños y adolescentes. Esto ayuda a los clínicos a tomar decisiones a la hora de prescribir, y ayuda a desarrollar directrices bien fundamentadas. También ayuda a identificar las áreas que necesitan más investigación.

¿Cuáles son los mensajes para los padres?

Los investigadores se centraron en los acontecimientos adversos, como los efectos secundarios u otros problemas, relacionados con 80 medicamentos de cuatro categorías: antidepresivos, antipsicóticos, medicamentos contra el TDAH y estabilizadores del estado de ánimo. En total, los estudios consideraron los datos de 337.686 niños y adolescentes. La mayoría de los participantes en el estudio tomaban medicamentos contra el TDAH o antidepresivos (aproximadamente 149.000 y 121.000, respectivamente). Un número menor tomaba antipsicóticos o estabilizadores del estado de ánimo (aproximadamente 67.000 y 1.600).

El estudio analizó los perfiles de seguridad y los efectos secundarios comunes, que estaban disponibles en la literatura científica para algunos de los medicamentos, pero no para todos: 18 medicamentos antidepresivos; 15 medicamentos antipsicóticos; siete medicamentos contra el TDAH; y seis estabilizadores del estado de ánimo. Aunque los efectos secundarios fueron modestos en general, los investigadores encontraron los siguientes:

  • Antidepresivos. Los problemas más comunes fueron las náuseas, los vómitos y la suspensión de un medicamento debido a sus efectos secundarios. El escitalopram (Lexapro) y la fluoxetina (Prozac) fueron menos propensos que otros a causar efectos adversos.
  • Medicamentos antipsicóticos. Los problemas más comunes fueron somnolencia, movimientos musculares anormales y aumento de peso. La lurasidona (Latuda) fue menos probable que causara efectos adversos que otros.
  • Medicamentos contra el TDAH. Los problemas más comunes fueron la pérdida de apetito y el insomnio. El metilfenidato (Ritalin, Concerta) era menos probable que causara efectos adversos que otros.
  • Estabilizadores del estado de ánimo. Los problemas más comunes fueron la somnolencia y el aumento de peso. El litio era menos probable que causara efectos adversos, aunque sus efectos a largo plazo, como el posible daño a los riñones, podrían estar infrarrepresentados.

¿Cuáles son las limitaciones de este estudio?

Los autores reconocen que había datos limitados sobre los efectos adversos de muchos de estos medicamentos. Por lo tanto, es necesario un informe más completo de los eventos adversos en futuras investigaciones sobre el uso de medicamentos psicotrópicos en niños y adolescentes. Además, es probable que los efectos secundarios a largo plazo y poco frecuentes estén infrarrepresentados aquí, debido a la limitada disponibilidad de datos a largo plazo.

¿Qué debo preguntar si un médico dice que mi hijo puede necesitar un medicamento psicotrópico?

  • ¿Para qué sirve este medicamento? Sorprendentemente, he hablado con varios padres que no están seguros de por qué su hijo está siendo tratado con medicación. Asegúrese de entender claramente varios puntos: ¿cuál es el diagnóstico que requiere el tratamiento y a qué síntomas de comportamiento podría ayudar el medicamento? Pregunte si este tratamiento está aprobado por la FDA para este diagnóstico, o si el médico lo está recomendando para un uso no autorizado. Si la conversación le resulta confusa, no dude en pedir a su médico que desglose o repita algunas de las explicaciones. También puede pedir recursos adicionales, como folletos educativos o sitios web relacionados con la enfermedad de su hijo.
  • ¿Es ésta la única opción de medicación disponible? Como se describe en este estudio, cada medicamento psicotrópico tiene un perfil único de efectos secundarios y eficacia. Esto puede diferir incluso dentro de la misma categoría de medicamentos. Por lo general, hay una variedad de opciones de tratamiento disponibles, ya sea como medicamentos individuales o combinados con otros medicamentos. Pregunte sobre la justificación de la elección de cada opción, así como sus posibles beneficios y riesgos.
  • ¿Cuáles son los posibles efectos secundarios? Repasar cada uno de los posibles efectos secundarios de cada medicamento prescrito puede no ser práctico, porque la lista puede ser larga y podría crear una ansiedad innecesaria. En su lugar, céntrate en los posibles efectos secundarios más comunes e importantes, como las advertencias de los recuadros negros de la FDA. A muchos adolescentes les resulta difícil tomar los medicamentos con regularidad, así que pregunte si hay algún efecto de abstinencia importante (en caso de que su hijo acabe saltándose la medicación).
  • ¿Cuánto tiempo debe permanecer mi hijo con esta medicación? Esta es probablemente una de las preguntas más populares que surgen, especialmente cuando un joven comienza a tomar medicamentos psicotrópicos por primera vez. Nadie quiere que sus hijos sigan tomando medicamentos indefinidamente. Pregunte a su médico sobre la duración recomendada del tratamiento. Aunque ninguno de nosotros puede predecir el futuro, es una buena idea discutir los planes de tratamiento propuestos.
  • ¿Qué más debe entender? Algunos medicamentos psicotrópicos requieren protocolos de control específicos para garantizar la seguridad. Los ejemplos pueden incluir el control de la presión arterial, el seguimiento del peso corporal y del índice de masa corporal (IMC), o la realización de análisis de sangre en momentos específicos. Pregunte también a su médico si debe tener en cuenta alguna restricción, como evitar ciertos alimentos u otros medicamentos.

La medicación es una herramienta de la caja de herramientas

Aunque la medicación es una de las herramientas de tratamiento más potentes en la atención a la salud mental, no es la única. Especialmente en el caso de los niños y los adolescentes, es esencial abordar los comportamientos de forma holística teniendo en cuenta la biología, la psicología y los factores sociales y ambientales. Con frecuencia, la medicación se combina con otros enfoques, como la terapia individual, la terapia familiar y los enfoques multidisciplinarios basados en el sistema, como el desarrollo de un IEP (programa educativo individualizado) para la escuela. Una evaluación exhaustiva puede guiar al equipo de atención en la elaboración de planes adecuados dirigidos a un resultado óptimo.

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