Saab fue un fabricante de automóviles líder en el mundo, conocido por sus diseños innovadores y tecnológicamente avanzados. Conocida en todo el mundo por su refinamiento y calidad, la empresa se forjó una gran reputación a lo largo de los años.
Sin embargo, el desastre puede afectar incluso a las mejores empresas, incluso a una tan innovadora como Saab. Pero la compañía no tiene planes de desvanecerse en el fondo, incluso si sus coches están muertos y enterrados.
Cómo Saab se convirtió en un fabricante de automóviles reconocido internacionalmente
La rica historia de Saab comenzó en los productos y la tecnología militar allá por 1907, centrándose en la producción de submarinos y luego en los aviones militares. No fue hasta los años 30 cuando la empresa empezó a convertirse en el fabricante de automóviles que el mundo recuerda hoy.
De hecho, según Autocar, el nombre de Saab procede de los orígenes de la empresa, «Svenska Aeroplan Aktiebolaget», o «Corporación Sueca de Aviones».
En los años 40, Saab vio la oportunidad de utilizar sus diseños y su tecnología de motores para entrar en una nueva industria: la del automóvil. A finales de los años 40, la marca producía los pequeños y rápidos coches por los que se haría conocida. Pero incluso mientras la empresa crecía como fabricante de automóviles, seguía trabajando en tecnología militar y productos de defensa.
El fin de una era: donde todo salió mal
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Saab acabó dividiendo la parte de la marca dedicada a los automóviles en una empresa separada de su rama de defensa y aeronáutica. Pero a medida que la innovación dentro de la empresa se expandía, también lo hacía el mundo. La compañía automovilística Saab luchó por mantenerse a la altura de sus rivales en las décadas siguientes, y simplemente nunca consiguió las mejores cifras de ventas en zonas como Estados Unidos.
Según el sitio web de Saab, la compañía automovilística se convirtió en una filial del gigante automovilístico General Motors en el año 2000, asumiendo la producción de los vehículos de Saab. A medida que el futuro de GM comenzó a sufrir un golpe en 2008, también lo hicieron sus filiales.
Como el grupo automovilístico de Saab ya tenía problemas, la marca se vio sometida a una inmensa presión hasta que finalmente se declaró en quiebra en 2011.
Saab se reencarnó poco después cuando otra empresa compró el patrimonio en quiebra en 2012. Aunque Saab reanudó la producción de sus coches, esto duró poco, hasta que su nueva empresa madre se declaró en quiebra y detuvo la producción en 2014.
Desde entonces, el mundo ha seguido llorando la pérdida de la empresa automovilística. Sin embargo, Saab nunca fue un animal de un solo truco, y la muerte de sus coches no significó necesariamente la muerte de la marca.
Desde el más allá: cómo Saab sigue sobreviviendo aferrándose a sus raíces
Aunque Saab ya no fabrica coches, la marca se ha convertido en un líder mundial en los sectores militar, de defensa y seguridad, así como en el civil.
Según el modelo de negocio actual de la empresa, ésta se centra en crear innovación en cinco áreas principales: aeronáutica, sistemas avanzados de armas, sistemas de mando y control, sensores y sistemas submarinos. Y estas áreas de enfoque proporcionan soluciones en todos los sectores, en el aire, la tierra y el mar.
Aunque la empresa no utiliza sus capacidades y conocimientos para construir coches, se ha convertido en «un proveedor innovador de sistemas de combate de categoría mundial», así como en una fuerza impulsora de la investigación, el desarrollo y la producción de muchos otros sistemas de aviación. En colaboración con los líderes mundiales, la tecnología de Saab se utilizará también en los «futuros sistemas de aviones tripulados y no tripulados».
La aeronáutica es sólo una faceta de la nueva marca, que también fabrica sistemas de armamento militar que incluyen torpedos, armas de combate y sistemas de misiles, así como sistemas de mando basados en la tecnología que «permiten un conocimiento superior de la situación y apoyan la toma de decisiones críticas» en diversos sectores.
Conjuntamente con estas tecnologías se encuentran los sistemas de sensores, que proporcionan «vigilancia, apoyo a la toma de decisiones y detección, localización y protección de amenazas.» Pero Saab no sólo trabaja en el aire o en la tierra, ya que desarrolla «sofisticados sistemas de armas submarinas» para mejorar cualquier defensa. Como señala conmovedoramente la marca, «puede que sus coches se hayan ido, pero Saab sigue vivo»
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