Equilibrar el pH vaginal es cualquier cosa menos básico.
Bienvenido a la escala de pH, que mide lo ácida o alcalina (básica) que es una sustancia en una escala de 0 a 14. En esta escala, el agua tiene un pH de 7. Todo lo que esté por debajo de 7 se considera «ácido», y todo lo que esté por encima de 7 se considera alcalino, o «básico». Un pH vaginal saludable está entre 3,5 y 4,5, es decir, moderadamente ácido.1 Así que… ¿básico? De ninguna manera!
Es sólo un número-¿Por qué debería importarme?
En resumen, un aumento en el pH vaginal puede conducir a infecciones vaginales. Ciertas bacterias hostiles prosperan en niveles de pH más altos, por lo que tener un entorno de pH más ácido es un agente protector.1
Entonces, si lo «ácido» es normal, ¿qué puede hacerlo «básico»?
La sangre menstrual tiene un pH de 7,4 y puede aumentar temporalmente su pH vaginal.2 Los tampones pueden amplificar este efecto, porque retienen el flujo menstrual en su interior. Además, los cambios hormonales durante la menstruación y el embarazo se asocian a niveles de pH más elevados.2
Las toallitas y los limpiadores también pueden tener un efecto perjudicial en el equilibrio del pH vaginal. Los productos químicos y las fragancias añadidas pueden actuar como irritantes para el delicado tejido. El semen tiene un pH entre 7,1 y 8,2, por lo que también es bastante «básico».
¿Lo básico es siempre malo?
El cuerpo de una mujer sana es capaz de tolerar elevaciones temporales de los niveles de pH. La dieta, la actividad sexual, los cambios hormonales, los periodos de estrés… todos ellos son perturbadores naturales. Pero lo que se quiere reducir es la cantidad de tiempo que el nivel de pH permanece por encima de 4,5.2
Una dieta rica en azúcar procesada, fruta y alcohol puede añadir elementos alcalinos.3 El estrés produce cortisol y adrenalina, afectando a los desequilibrios hormonales.4 Los tangas, las medias de nylon y otros tejidos sintéticos o la ropa interior ajustada reducen la transpirabilidad, producen irritación y favorecen la introducción de bacterias nocivas en el entorno vaginal.5
Teniendo todo esto en cuenta, mantén una dieta saludable baja en azúcar procesado y evita excederte en el consumo de alcohol. Evita las duchas vaginales. Opta por ropa interior 100% de algodón y asegúrate de cambiar el tampón con regularidad durante la menstruación. Recuerda limpiarte siempre de delante a atrás con papel higiénico suave. Y lave la vulva exterior sólo con agua y jabón común sin perfume: deje que la secreción natural de su vagina haga su trabajo.6
Básicamente, es una cuestión de no ser «básico»
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