Resumen
Las creencias religiosas y culturales de los Amish dan lugar a muchas creencias y prácticas de atención médica que son significativamente diferentes de la cultura estadounidense dominante. Por ejemplo, los amish están excluidos de la seguridad social y de la cobertura del seguro médico; tienen una percepción diferente de la salud y la enfermedad; no practican el control de la natalidad; a menudo carecen de las prácticas preventivas de las vacunas y la atención prenatal; y pueden utilizar una variedad de proveedores de atención médica tradicionales y no tradicionales. Sólo comprendiendo el sistema de creencias religioculturales de esta secta religiosa minoritaria pueden los profesionales de enfermería satisfacer eficazmente las necesidades de atención sanitaria de sus pacientes amish.
PIP: La comprensión del sistema de creencias religioculturales de la secta religiosa Amish es esencial si los profesionales de enfermería van a satisfacer las necesidades de atención sanitaria de los pacientes Amish. Los amish están exentos de la seguridad social y rechazan la cobertura del seguro médico, no practican el control de la natalidad y a menudo vetan las prácticas preventivas como la vacunación y la atención prenatal. Se requiere una actitud abierta y sin prejuicios por parte de los profesionales de la salud para animar a las familias amish a asistir a las clínicas donde se puede mantener el control de la salud y proporcionar educación sanitaria. Como resultado de una visión de la enfermedad que la define en términos de un fallo en el funcionamiento de la función laboral, más que como un conjunto de síntomas, a menudo se retrasa la búsqueda de tratamiento médico. Los hombres amish viven más que las mujeres amish, en parte debido a la elevada tasa de natalidad (una media de 7 nacidos vivos por mujer). El control de la natalidad y el aborto están prohibidos por la doctrina religiosa, incluso cuando el embarazo pone en peligro la vida. La iglesia amish no tiene ninguna norma contra la inmunización, pero sólo entre el 16 y el 26% de los niños amish han sido vacunados contra las enfermedades infantiles más comunes. El rechazo a la medicina preventiva se ve reforzado por el bajo nivel educativo del pueblo amish; la educación superior está prohibida. Esto implica además que las instrucciones sanitarias deben darse en un lenguaje sencillo y claro. Las enfermeras deben aceptar el hecho de que ninguna cantidad de educación persuadirá a las mujeres amish para que practiquen la anticoncepción. Seguir defendiendo la planificación familiar en la comunidad amish es arriesgarse a alejar a las parejas del sistema sanitario.