Déficit del campo visual

El cerebro organiza la información visual combinando lo que ven ambos ojos en «campos visuales». Debido a la disposición de estas vías anatómicas, el tipo de pérdida de visión que se produce con las enfermedades en el cerebro es diferente de la pérdida de visión que se produce con un problema en un ojo. Cuando un problema en el cerebro afecta a la visión, la persona pierde la visión dentro de la parte correspondiente del campo visual, lo que significa que ambos ojos tendrán dificultades para ver en una dirección determinada. Es habitual que un paciente con déficit de campo visual asuma erróneamente que el problema está en un ojo. Es importante reconocer que el mismo déficit visual está presente en ambos ojos, lo que significa que el problema está en realidad en el mapa cerebral de los campos visuales.

¿Cuáles son los síntomas de un déficit del campo visual?

A menudo un paciente será consciente de un campo visual anormal, especialmente si el cambio es repentino. En algunos casos, sin embargo, el cambio es gradual, y puede ser difícil notar la pérdida de visión. Los síntomas de un déficit de campo visual pueden incluir chocar con objetos en el lado afectado. Además, pueden producirse accidentes de tráfico debido a la disminución de la visión periférica. Puede haber problemas para leer, especialmente cuando el punto ciego ampliado llega al centro del campo visual. Mientras que un pequeño déficit de campo visual puede no ser muy perceptible, un gran déficit de campo visual puede tener claramente un profundo efecto en la vida de una persona.

¿Qué pruebas hará el médico para conocer la causa de un déficit de campo visual?

El médico comprobará los campos visuales de cada ojo por separado. En primer lugar, se pedirá al paciente que describa las zonas ausentes o borrosas, por ejemplo, al mirar la cara del médico. A continuación, se puede pedir al paciente que cuente los dedos que se presentan en diferentes partes del campo visual. Por último, se pueden utilizar técnicas más exhaustivas para comprobar los campos visuales; un método habitual es una prueba automatizada en la que el paciente pulsa un botón cada vez que se ve un pequeño destello de luz. Utilizando los resultados de estas diferentes pruebas, el médico puede comprender mejor dónde existe un problema en las vías visuales de los ojos y el cerebro.

¿Existen tratamientos para un déficit de campo visual?

Existe cierta controversia sobre los tratamientos específicos para un déficit de campo visual. A menudo puede haber cierta recuperación espontánea, incluso sin tratamientos o terapias específicas. Muchos pacientes desarrollan gradualmente estrategias para compensar el cambio en su visión, moviendo la cabeza y los ojos con más frecuencia hacia el lado afectado para comprobar el «punto ciego» ampliado. Otras estrategias prácticas también pueden ser muy útiles. Por ejemplo, si la lectura es difícil,

entonces un marcador de color brillante en el margen izquierdo puede ayudar a guiar los movimientos oculares hacia el punto de partida correcto.

La mayoría de los programas de entrenamiento específicos que pretenden ampliar el campo visual no están respaldados por estudios científicos sólidos. Por supuesto, estos productos probablemente no sean perjudiciales, salvo por sus costes económicos, que no suelen estar cubiertos por los planes de seguro médico debido a su eficacia no demostrada.

Otros tratamientos potenciales para un déficit de campo visual tienen como objetivo mejorar el uso que hace el paciente de la visión intacta, en lugar de intentar específicamente restaurar la visión que falta. Algunos ópticos especializados en baja visión prueban prismas especiales en las gafas para ampliar artificialmente el campo visual hacia el lado afectado. Este enfoque tiene resultados dispares, pero a algunos pacientes les resulta muy útil. Existe un programa de entrenamiento disponible en el mercado que intenta mejorar la capacidad de búsqueda del entorno visual mediante movimientos oculares. Algunos pacientes encuentran útil este tipo de práctica formal.

¿Puedo conducir?

Dependiendo de su tamaño y localización, un déficit del campo visual puede afectar en gran medida a la capacidad de conducir un coche con seguridad. Un campo visual reducido puede poner en peligro al conductor, así como a otros conductores y peatones. La mayoría de los estados tienen leyes que especifican el mínimo exacto de visión necesario para mantener el permiso de conducir. Por ejemplo, en Massachusetts un conductor debe tener 120 grados de visión en el centro del campo visual (además de tener una agudeza visual mínima de 20/40). Cuando el campo visual está comprometido a menos de 120 grados, ya no es seguro conducir.

La conducción segura también depende de otras funciones cognitivas, como la atención y la memoria. La decisión de seguir conduciendo después de una lesión neurológica puede ser a veces compleja. Por esta razón, muchos centros de rehabilitación ofrecen simuladores de conducción para evaluar cuidadosamente la capacidad de conducir con seguridad.

¿Cuál es el pronóstico de un déficit del campo visual?

El pronóstico de un déficit del campo visual depende de la causa exacta del problema. Tras la mayoría de los accidentes cerebrovasculares, aunque es posible una cierta recuperación, suele haber déficits permanentes. Cuando un déficit del campo visual se debe a un tumor cerebral, la recuperación depende de la cantidad de pérdida visual inicial y del alcance de la cirugía que pueda realizarse. Los déficits del campo visual que se deben a otros procesos, como la inflamación o la hinchazón, pueden recuperarse espontáneamente o con medicamentos (como los corticosteroides).

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