¿Tengo gases o apendicitis?

El cuerpo humano ha hipnotizado a los médicos durante siglos debido a su complejo y a menudo misterioso funcionamiento. Por ejemplo, cada vena conectada a una arteria forma parte de un enorme ciclo de suministro de sangre en el que millones de células diferentes funcionan utilizando los nutrientes de las partículas de alimentos absorbidas por el sistema digestivo. Estos complicados sistemas a veces pueden verse alterados. Dos ejemplos de esto que también producen síntomas similares son los gases, que son causados por el aire atrapado de los alimentos no digeridos o de los alimentos con almidón, y la apendicitis, que es causada por la inflamación del apéndice unido al intestino grueso.

Para diferenciar entre los dos y saber si la persona tiene sólo el simple problema de los gases o la condición más seria que es la apendicitis, es importante saber lo que significan los dos. Conocer el problema permite a la persona actuar, y también le ayuda a recibir el tratamiento adecuado.

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¿Qué entiende por gases y apendicitis?

Hablemos primero del problema menor que son los gases. Todo el mundo sufre de gases intestinales, que pueden ser realmente incómodos. Es normal, pero es una parte muy incómoda del proceso digestivo resultante de los diferentes tipos de alimentos que ingerimos a lo largo del día o del estilo de vida que solemos seguir. Hay que tener en cuenta que hay personas que expulsan gases 20 veces al día, por lo que lo que se puede pensar que es una cantidad excesiva o anormal puede resultar ser algo ordinario.

Hablemos ahora del problema mayor que suele surgir si el dolor que pensábamos que eran simples gases resulta ser grave e insoportable. Aquí está el truco: aunque por muy incómodo que sea el gas, el dolor causado por el simple gas intestinal nunca puede ser insoportable, mientras que, hablando de apendicitis, el dolor causado por ésta en la región abdominal inferior puede ser muy insoportable para la persona que la padece. La apendicitis afecta a la parte no funcional del cuerpo, es decir, al apéndice. En la inflamación de la apendicitis, el aumento de tamaño del apéndice hasta alcanzar una longitud desproporcionada provoca fuertes dolores. Además, se trata de una urgencia médica, porque una vez que se inicia esta afección, no hay tratamiento médico que la detenga, y hay que extirparla mediante cirugía. La apendicitis puede resultar mortal, ya que los estudios e informes han demostrado que la ruptura repentina del apéndice puede dañar otros órganos, así como provocar la muerte de la persona.

Por lo tanto, ya que conocemos las diferencias entre las dos afecciones, ahora podemos hablar de los síntomas de ambas, lo que dejará aún más claro cuál de los dos problemas estás sufriendo.

Síntomas comunes de los gases y la apendicitis

En muchos casos, la apendicitis y los gases pueden hacer que una persona sienta sensaciones similares, por lo que se confunde una afección con la otra. Aunque pueden sentir lo mismo, las fuentes de estos problemas son completamente diferentes.

Los gases pueden ser el resultado del consumo de alimentos que son difíciles de descomponer en partículas más pequeñas y absorbibles. Los alimentos, como las patatas, que contienen grandes cantidades de almidón suelen ser los principales culpables de producir gases. La apendicitis está causada por la inflamación del órgano conocido como apéndice.

Es evidente para los médicos que el principal motivo de confusión entre los gases y la apendicitis son los síntomas que comparten, como el dolor abdominal agudo y las náuseas.

La acumulación de gases en el cuerpo puede ejercer presión sobre diferentes tipos de células, haciendo que las personas se sientan enfermas. La misma sensación de malestar se ha observado en personas que padecen apendicitis debido a que su sistema inmunitario responde a la infección.

Aquí hay otros síntomas de gases intestinales y apendicitis que pueden ayudar a comprender mejor el problema:

  1. Si sólo se padecen gases, siempre se sentirá la necesidad de expulsar los gases o de eructar, pero esto puede no ser así en el caso de la apendicitis, ya que la expulsión de los gases puede hacer que aumente el dolor en la región abdominal inferior.
  2. Se sentirá más cómodo después de expulsar los gases y, como se ha comentado anteriormente, este no es el caso de la apendicitis
  3. El dolor debido a los gases intestinales no persiste ni empeora, pero si se considera la apendicitis, el caso es totalmente contrario. A medida que pasa el tiempo, el dolor aumenta lentamente en la apendicitis, y comienza desde el ombligo y se extiende gradualmente a toda la parte inferior del abdomen, lo que dificulta y hace doloroso el movimiento de la persona.
  4. Los gases excesivos o la hinchazón se ven directamente afectados por la dieta y, haciendo los cambios adecuados, se pueden reducir. Por ejemplo, la eliminación de los productos lácteos, la disminución de la fibra o la reducción de los alimentos ricos en grasas pueden reducir los gases. Sin embargo, la apendicitis se produce independientemente de los cambios realizados en la dieta, o se puede decir que el dolor debido a la apendicitis no tiene relación con la comida.
  5. El dolor y la hinchazón mejoran cuando se reduce la ingesta de aire, como ocurre cuando se mastica chicle o cuando se tiende a comer rápidamente. Este no es el caso de la apendicitis. En la apendicitis, tienden a producirse más cambios en el abdomen, incluida la rigidez y la extrema sensibilidad, y el estómago se vuelve extremadamente sensible al tacto, lo que no ocurre con los simples gases intestinales.

Cómo diferenciar los gases de la apendicitis

Hay diferencias notables entre estas afecciones que pueden ayudar a las personas a identificarlas:

  • La apendicitis provoca en las personas dolor y sensaciones inusuales desde el ombligo hasta la parte inferior derecha del abdomen, mientras que las personas con gases atrapados experimentan un dolor general que no tiene una localización específica.
  • El dolor relacionado con la apendicitis puede intensificarse rápidamente con el tiempo, mientras que los dolores provocados por los gases suelen remitir con el tiempo.
  • Los problemas relacionados con los gases no suelen provocar fiebre, mientras que los pacientes con apendicitis pueden experimentar una fiebre superior a los 38 grados.
  • Presionar y soltar en la parte inferior derecha del abdomen (retracción) provocará dolor en los pacientes con apendicitis, pero no en los que sufren gases.

Las diferencias entre la apendicitis y los gases pueden identificarse generalmente por los síntomas físicos. Sin embargo, cualquier persona que no esté segura de su estado debe acudir a un médico para obtener una respuesta y un tratamiento definitivos.

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