El mentol se añade a muchos productos. Entre ellos, pastillas, jarabes, cremas y ungüentos, aerosoles nasales, polvos y caramelos. Pero ninguno de estos productos se enciende o se fuma cuando se utiliza. Eso los diferencia de los cigarrillos mentolados.
Muchos fumadores piensan que los cigarrillos mentolados son menos perjudiciales. No hay pruebas de que los cigarrillos, puros o productos de tabaco sin humo que tienen mentol sean más seguros que otros cigarrillos.
Al igual que otros cigarrillos, los cigarrillos mentolados dañan casi todos los órganos del cuerpo. Causan muchas enfermedades, como el cáncer y las enfermedades cardíacas. Algunas investigaciones demuestran que los cigarrillos mentolados pueden ser más adictivos que los no mentolados.
Comercialización del mentol
El mentol se añadió por primera vez a los cigarrillos en la década de 1920. En el pasado, la industria tabaquera comercializaba los cigarrillos mentolados como más saludables y seguros. Los anuncios destacaban su sabor fresco y refrescante. Los anuncios solían mostrar la naturaleza, el frío, la primavera, el agua y otras cualidades refrescantes. La industria del tabaco también se dirigía a los fumadores «principiantes», a los fumadores con problemas de salud y a determinados grupos de población. Muchas personas eligieron los cigarrillos mentolados porque creían que eran más seguros que los no mentolados. No lo son.