Los 5 mejores consejos para las fracturas compuestas

Es el Día Mundial del Trauma. Una fractura «compuesta» o «abierta» se refiere a una rotura del hueso con una laceración en la piel suprayacente, dejando los fragmentos de la fractura abiertos al entorno exterior. Se trata de una lesión muy grave con posibles consecuencias a largo plazo si no se trata adecuadamente.

En el desafortunado caso de una fractura compuesta, los pacientes deben recordar los siguientes consejos:

1. Una fractura compuesta es una verdadera emergencia, y debe buscarse inmediatamente la atención adecuada. Normalmente, esto implica llamar al servicio local de ambulancias de emergencia para asegurarse de que el paciente sea trasladado de forma segura a un hospital con un equipo de cirugía ortopédica de guardia. En la mayoría de las situaciones, el paciente necesitará una intervención quirúrgica de urgencia para limpiar la herida y tratar la fractura.

2. Mientras se espera la llegada de los cuidados, el paciente no debe moverse innecesariamente, porque la fractura está abierta al exterior y podría infectarse. Una de las principales consecuencias de una fractura compuesta es una infección en el lugar de la fractura, que debe evitarse a toda costa.

3. No se debe intentar volver a alinear la extremidad en la que se ha roto el hueso sin la presencia de personal médico capacitado que disponga de los suministros de entablillado adecuados. Una manipulación inadecuada podría causar la contaminación de la herida y dañar los tejidos traumatizados.

4. Procure mantener la extremidad lo más limpia posible. Coloque una gasa estéril húmeda sobre la herida si está disponible. Como mínimo, la herida debe estar protegida del contacto con el suelo o con superficies sucias.

5. Preste atención a los signos del síndrome compartimental. Se trata de una complicación grave de los traumatismos de las extremidades que se desarrolla con el tiempo; se produce cuando la hinchazón aumenta la presión en el lugar de la lesión. Si la presión de la hinchazón es mayor que la presión sanguínea entrante, la extremidad no recibe sangre. Si se produce esta situación, es necesaria una intervención quirúrgica inmediata para liberar la presión. Además de la hinchazón, los signos de advertencia son el aumento del dolor, el entumecimiento, la debilidad, la disminución del pulso y un cambio de color en la extremidad. Si no se trata adecuadamente, el síndrome compartimental puede provocar daños musculares y nerviosos permanentes.

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