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El papel del líquido amniótico

Dentro del útero de una mujer embarazada hay un saco amniótico, que contiene líquido amniótico y el feto en crecimiento.

El líquido amniótico es importante por varias razones: ayuda a mantener el calor del bebé y, como las partes de su cuerpo crecen tan rápido, el líquido proporciona una lubricación que evita que crezcan juntas. En algunos casos, los dedos de las manos y de los pies pueden quedar palmeados debido a que no circula suficiente líquido amniótico en el útero.

El líquido amniótico también permite que el bebé se mueva con facilidad para que pueda ejercitar sus músculos y fortalecer sus huesos antes de nacer.

Además, actúa como un amortiguador líquido para el bebé al distribuir cualquier fuerza que pueda empujar el útero de la madre. Ni siquiera las relaciones sexuales dañan al bebé.

El líquido amniótico está compuesto por un 98% de agua y un 2% de sales y células del bebé. Hasta que los riñones del feto comenzaron a funcionar durante el cuarto mes, el líquido amniótico es producido por el cuerpo de la madre. Pero después del cuarto mes, el pequeño empezó a hacer su contribución al líquido amniótico orinando en él.

Has oído bien. Puede que no nos parezca atractivo, pero la orina de la bolsa amniótica es completamente inofensiva para el bebé.

El bebé traga líquido amniótico, que luego pasa por su sistema digestivo, llega a sus riñones y vuelve a salir a la bolsa amniótica en forma de orina. De este modo, puede practicar el uso de sus sistemas digestivo y urinario incluso antes de nacer. De hecho, los médicos pueden saber, por la cantidad de líquido amniótico, si el bebé tiene dificultades para tragar.

Para cuando nazca, consumirá hasta 13 onzas de líquido amniótico al día.

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