La mayoría de los bebés y niños pequeños se meten en la boca cualquier cosa que tengan a mano. A veces, eso está bien, y sólo resulta en un montón de babas en sus cosas. Otras veces puede ser peligroso y poner en peligro la vida.
Uno de esos momentos de miedo es cuando un niño se mete una pila en la boca, y un vídeo de BBC News muestra el gran daño que puede causar. La demostración simula lo que ocurre si una pila de botón (esas planas y circulares) se aloja en el esófago. Una loncha de jamón sustituye al órgano y el agua a la saliva. En sólo dos horas, el contenido de la pila se escapa y se produce una reacción química que erosiona el delicado tejido. El narrador señala que, con el tiempo, la pila habría hecho un agujero en el jamón.
El doctor Enrique Voigt, director de la división de otorrinolaringología general del Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York, dice a SELF que este vídeo es un gran ejemplo de lo que puede ocurrir cuando se ingiere una pila y se queda atascada en el esófago. Normalmente, cuando los niños se tragan cosas, nos preocupamos por la asfixia, que es cuando un objeto se atasca en la tráquea que lleva el aire a los pulmones cuando inhalamos. Esto sería una emergencia obvia de las vías respiratorias, explica Voigt: El niño no puede respirar, se pone azul y necesita atención inmediata -como la maniobra de Heimlich- para eliminar la obstrucción.
Pero si se traga algo y se aloja en el esófago, los signos son mucho más sutiles y fáciles de pasar por alto. Para los niños de 1 a 3 años, este conducto es bastante pequeño. Si se tragan una pila lo suficientemente grande -no importa si es una pila de botón, una pila de audífono o una pila AA estándar- puede quedarse atascada en el esófago y dañar el tejido. (Si una pila es lo suficientemente pequeña como para pasar, el ácido del estómago debería hacer su trabajo y encargarse de ella, sin provocar una situación de emergencia.)
Cuando el contenido de la pila se escapa y se mezcla con el agua y los minerales de nuestra saliva, como la salina y el potasio, se produce una reacción química. Según el Centro Nacional de Control de Intoxicaciones del Capitolio, esta reacción provoca una corriente eléctrica alrededor del exterior de la pila y genera hidróxido, una sustancia química alcalina. Podemos referirnos a esto como el ácido de la batería, pero este compuesto que se crea y que causa la quema es en realidad básico en la escala de pH, no ácido, dice Voigt.
Y eso es malo. «Una base causa peores quemaduras que los ácidos. Sigue quemando, no se detiene, sigue capa por capa, frente a una quemadura ácida que se quemará sola.» Si esto ocurre dentro de la garganta, cuanto más rápido lo detengas, más posibilidades tendrás de evitar un daño duradero. El problema es que muchas veces los padres no ven que sus hijos se meten la pila en la boca, y no hay señales de advertencia inmediatas como la asfixia.
«Un niño se la traga y se pondrá bastante enfermo, pero no de forma evidente. Los padres probablemente no sabrán qué les pasa», dice Voigt. Puede causar irritabilidad, dolor y babeo porque no están tragando bien, pero eso podría ser todo.
«Si se atasca porque es demasiado grande para pasar, la quemadura puede producirse en sólo dos horas», dice Voigt. Es necesaria la atención médica inmediata para evitar daños permanentes. La quemadura puede llegar hasta el esófago e incluso hasta la aorta, la arteria principal que lleva la sangre desde el corazón al resto del cuerpo, y ser mortal. También puede quemar un agujero entre el esófago y la tráquea, lo que requeriría una cirugía reconstructiva. Incluso si se detecta antes, esto puede conducir a la cicatrización en el esófago que causa problemas para tragar para el resto de la vida.
Según el CDC, entre 1997-2010, un estimado de 40.400 niños fueron tratados en la sala de emergencias por lesiones relacionadas con la batería. Si ves a un niño tragarse una pila o tienes la sospecha de que lo ha hecho, busca atención médica inmediatamente. Para evitar que esto ocurra, asegúrate siempre de mantener las pilas fuera de su alcance cuando los pequeños estén cerca.
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