Colorado State University

Los acosadores pueden estar motivados por varias razones diferentes, y la mayoría ha acosado a más de una persona en su vida. Los acosadores están obsesionados con sus víctimas, y esta obsesión se expresa de muchas maneras. Algunas de las razones más comunes de esta obsesión son el poder, el control y, a veces, la venganza. La mayoría de los acosadores no asumen la responsabilidad de sus actos y culpan a los demás por obligarles a hacer lo que hacen. Los perpetradores de violencia en las relaciones suelen acechar a sus víctimas durante el transcurso de la relación y especialmente después de que la víctima abandone las relaciones.

Tipos de acosadores y características generales

Acosadores por obsesión amorosa

Esta categoría se caracteriza por acosadores que desarrollan una obsesión o fijación amorosa por otra persona con la que no tienen ninguna relación personal. El objetivo puede ser sólo un conocido casual o incluso un completo desconocido. El acosador comienza a ponerse en contacto con la víctima de diversas formas que inicialmente pueden parecer inofensivas, pero su presencia continuada genera miedo y terror a la víctima. Los «mirones» no deben tomarse a la ligera y pueden suponer una amenaza muy real para sus víctimas. Esta categoría representa alrededor del 20-25 por ciento (20-25%) de todos los casos de acoso. Entre los acosadores de esta categoría se encuentran los que desarrollan fijaciones en personas normales y corrientes, incluyendo compañeros de clase, sus instructores, conocidos casuales o personas con las que se cruzan en el campus.

La gran mayoría de los acosadores obsesivos del amor sufren un trastorno mental. Independientemente del trastorno específico, casi todos muestran algunos patrones de pensamiento y comportamientos delirantes. Como la mayoría son incapaces de desarrollar relaciones personales normales a través de medios más convencionales y socialmente aceptables, tienen una vida de relaciones de fantasía con personas que apenas conocen, si es que las conocen. Luego intentan representar sus tramas ficticias en el mundo real.

Creen que pueden hacer que el objeto de su afecto les ame. Desean desesperadamente establecer una relación personal positiva con su víctima. Cuando la víctima se niega a seguir el guión o no responde como el acosador espera, pueden intentar forzarla a cumplir mediante el uso de amenazas e intimidación. Cuando las amenazas y la intimidación fallan, algunos acosadores recurren a la violencia.

Acosadores por simple obsesión

Esta segunda categoría representa el 70-80 por ciento (70-80%) de todos los casos de acoso y se distingue por el hecho de que existía alguna relación personal o romántica previa entre el acosador y la víctima antes de que comenzara el comportamiento de acoso. Prácticamente todos los casos de violencia en las relaciones que implican acoso entran en esta rúbrica, al igual que las relaciones de pareja ocasionales. Los acosadores por simple obsesión presentan una serie de características, como el deseo de control extremo, el comportamiento obsesivo, las actitudes vengativas, la incapacidad de manejar el rechazo y la asunción de poca o ninguna responsabilidad por sus acciones.

La autoestima de los acosadores por simple obsesión suele estar estrechamente ligada a la relación con su pareja. En muchos casos, estos acosadores refuerzan su propia autoestima dominando e intimidando a sus compañeros. Suelen encandilar a su víctima en perspectiva al principio, pero empiezan a adueñarse poco a poco de su vida y a controlarla. Ejercer poder sobre otra persona les da cierta sensación de poder en un mundo en el que, de otro modo, se sienten impotentes. Los acosadores recurren a las amenazas y a la violencia como medio para restablecer el control de la víctima.

Una vez que la víctima se convierte literalmente en la principal fuente de autoestima del acosador, su mayor temor se convierte en la pérdida de esta persona. Su propia autoestima está tan estrechamente ligada a la víctima que cuando se ven privados de esa persona, pueden sentir que su propia vida carece de valor. Es precisamente esta dinámica la que hace que los acosadores por simple obsesión sean tan peligrosos. En los casos más graves, estos acosadores no se detendrán ante nada para recuperar su «posesión perdida» -su pareja- y, al hacerlo, recuperar su autoestima perdida. El rechazo suele desencadenar este tipo de acoso. Los acosadores son más peligrosos cuando sus víctimas deciden alejarse físicamente de la presencia del agresor de forma permanente, abandonando la relación. De hecho, los casos de acoso que surgen de situaciones de violencia en las relaciones/citas constituyen la clase más común y potencialmente letal de casos de acoso.

(Adaptado de www.ncvc.org , 2008)

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