«La memorización de la poesía activa la capacidad lingüística de los niños. No sólo les enseña a articular palabras en inglés, sino que aumenta su percepción de las complejidades de la lengua inglesa, un logro indispensable si quieren seguir hablando, escribiendo y leyendo en inglés con facilidad». Susan Wise Bauer, autora de The Well-Educated Mind: A Guide to the Classical Education You Never Had, sostiene que la memorización crea en la mente de los niños la capacidad de utilizar la compleja sintaxis inglesa. El alumno que memoriza poesía interioriza los patrones rítmicos y bellos de la lengua inglesa. Estos patrones pasan a formar parte del almacén lingüístico del alumno, esos pozos que todos utilizamos a diario al escribir y hablar. Sin la memorización, el almacén lingüístico del alumno, dice Bauer, será limitado: la memorización abastece el almacén lingüístico con todo un nuevo conjunto de patrones lingüísticos.
También abastece esos depósitos con un generoso suministro de la rica acumulación de palabras de la lengua inglesa. Las investigaciones sugieren que el tamaño del vocabulario de un niño desempeña un papel importante a la hora de determinar la calidad de sus habilidades de comprensión del lenguaje. Cuanto mayor y más amplio sea el vocabulario, dice la historiadora de la educación Ravitch, mayor será la comprensión de material cada vez más difícil. Bauer señala que si un estudiante lee una palabra en una novela, puede o no recordarla para su uso posterior. Pero cuando la memoriza en el contexto adecuado (como requiere la memorización de líneas de poesía), es mucho más probable que la tenga al alcance de la mano para usarla en su propia expresión oral y escrita».
– Michael Knox Beran, In Defense of Memorization