La Creación de Adán (en italiano: Creazione di Adamo) es una pintura al fresco del artista italiano Miguel Ángel, que forma parte del techo de la Capilla Sixtina, pintada hacia 1508-1512. Ilustra el relato bíblico de la creación del libro del Génesis, en el que Dios da vida a Adán, el primer hombre. El fresco forma parte de un complejo esquema iconográfico y es cronológicamente el cuarto de la serie de paneles que representan episodios del Génesis.
La imagen de las manos de Dios y Adán casi tocándose se ha convertido en un icono de la humanidad. El cuadro ha sido reproducido en innumerables imitaciones y parodias. La Creación de Adán de Miguel Ángel es una de las pinturas religiosas más reproducidas de todos los tiempos.
En 1505 Miguel Ángel fue invitado a regresar a Roma por el recién elegido Papa Julio II. Se le encargó la construcción de la tumba del Papa, que debía incluir cuarenta estatuas y estar terminada en cinco años.
Bajo el patrocinio del Papa, Miguel Ángel experimentó constantes interrupciones en su trabajo en la tumba para realizar otras numerosas tareas. Aunque Miguel Ángel trabajó en la tumba durante 40 años, nunca la terminó a su satisfacción. Se encuentra en la iglesia de S. Pietro in Vincoli, en Roma, y es más famosa por su figura central de Moisés, terminada en 1516. De las otras estatuas destinadas a la tumba, dos conocidas como el Esclavo Rebelde y el Esclavo Moribundo, se encuentran ahora en el Louvre.
Durante el mismo periodo, Miguel Ángel pintó el techo de la Capilla Sixtina, que tardó aproximadamente cuatro años en completarse (1508-1512). Según el relato de Condivi, Bramante, que estaba trabajando en la construcción de la Basílica de San Pedro, se resintió del encargo de Miguel Ángel para la tumba del Papa y convenció a éste para que le encargara un medio con el que no estaba familiarizado, con el fin de que fracasara en la tarea.
En un principio, Miguel Ángel recibió el encargo de pintar los Doce Apóstoles en las pechinas triangulares que sostenían el techo, y de cubrir la parte central del techo con ornamentos. Miguel Ángel convenció al Papa Julio para que le diera vía libre y le propuso un esquema diferente y más complejo, representando la Creación, la Caída del Hombre, la Promesa de Salvación a través de los profetas y la genealogía de Cristo. La obra forma parte de un esquema más amplio de decoración dentro de la capilla que representa gran parte de la doctrina de la Iglesia católica.
La composición se extiende a lo largo de 500 metros cuadrados de techo y contiene más de 300 figuras. En el centro hay nueve episodios del Libro del Génesis, divididos en tres grupos: La Creación de la Tierra por parte de Dios; la Creación de la Humanidad por parte de Dios y su caída de la gracia de Dios; y por último, el estado de la Humanidad representado por Noé y su familia. En las pechinas que sostienen el techo están pintados doce hombres y mujeres que profetizaron la venida de Jesús; siete profetas de Israel y cinco sibilas, mujeres proféticas del mundo clásico. Entre las pinturas más famosas del techo están La Creación de Adán, Adán y Eva en el Jardín del Edén, el Diluvio, el Profeta Jeremías y la Sibila Cumana.
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