¿Se le traba la lengua a mi hijo?

¿Tiene su hijo dificultades para sacar la lengua? ¿Tiene su hijo dificultades con ciertos sonidos del habla (los que se producen con la punta de la lengua o con la lengua retraída, como /t, d, n, l, s, z, sh, r/), o es incapaz de mover la lengua para lo que parecen movimientos fáciles de ejecutar (por ejemplo, lamer un cucurucho de helado)?

Si las respuestas a estas preguntas son «sí», es posible que haya una lengua anclada. El primer paso es evaluar con precisión si existe realmente una lengua anudada. Si levanta la lengua de su hijo, observará un trozo de tejido fino y elástico que ancla la lengua al suelo de la boca. Este tejido se llama frenillo lingual. La función del frenillo lingual es permitir que la lengua tenga un rango de movimiento libre para los movimientos orales, incluyendo la producción de sonidos del habla (articulación). En un desarrollo típico, el frenillo debe separarse antes del nacimiento, permitiendo que la lengua se mueva libremente. Cuando el frenillo lingual está inusualmente acortado, engrosado o permanece adherido a la base de la lengua, se produce una condición conocida como anquiloglosia o «lengua atada». Es interesante observar que la anquiloglosia es más frecuente en los niños que en las niñas, y puede ser hereditaria.

Para algunos, la anquiloglosia puede no plantear problemas y, por lo tanto, puede no ser necesaria ninguna intervención. Es posible que el frenillo lingual se afloje con el tiempo, en cuyo caso, la traba lingual se resolvería. En otros casos, la traba lingual puede dar lugar a dificultades con uno o más de los siguientes aspectos: problemas con la lactancia materna; dificultades para comer y tragar, deficiencias dentales, problemas de articulación; mala higiene oral y mala ejecución de otros movimientos orales.

Tal vez se pregunte cómo se trata la traba lingual. La intervención quirúrgica (frenulectomía) para la lengua atada ha sido objeto de debate y controversia entre los profesionales, sin embargo, si la lengua atada está causando un impacto significativo en las funciones antes mencionadas, se puede recomendar un procedimiento quirúrgico menor para liberar el frenillo y permitir un mejor rango de movimiento lingual. Aunque la lengua anudada se ha considerado durante mucho tiempo una anomalía menor, se han documentado sus efectos físicos y emocionales a lo largo de la vida, desde las etapas infantiles hasta la edad adulta. Si cree que su hijo tiene una lengua anudada, siempre es mejor consultar a los profesionales adecuados (por ejemplo, logopedas, dentistas, otorrinolaringólogos, pediatras) que pueden ayudar a diagnosticar y determinar el tratamiento necesario.

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