Cuando se solicita un préstamo hipotecario, un término que escuchará a menudo es «underwriter». El título puede no sonar imponente, pero un suscriptor puede determinar si su hipoteca es aprobada, suspendida o rechazada. Los suscriptores trabajan para bancos, prestamistas y banqueros hipotecarios. Y aunque nunca verá o se reunirá con el suscriptor, es importante tener todas las bases cubiertas y el papeleo para que su préstamo sea aprobado.
¿Cómo determina un suscriptor el resultado de una solicitud?
Simplemente, el suscriptor se fija en las «tres C»: reputación crediticia, capacidad y garantía.
La reputación crediticia es su historial de crédito pasado, incluyendo cualquier ejecución hipotecaria, quiebra y su voluntad de pagar las deudas. Por lo general, estas discrepancias se reflejarán en su puntuación crediticia de tres dígitos, que puede eliminarle de un préstamo hipotecario automáticamente, si su número es inferior a un determinado umbral.
La capacidad refleja su habilidad real para devolver un préstamo. Aquí es donde entra en juego la relación entre la deuda y los ingresos. También tiene en cuenta las condiciones del préstamo, si es de sólo interés, o de tipo ajustable o fijo. El asegurador quiere saber si usted podrá devolver el préstamo antes de conceder la aprobación.
La garantía se refiere a cifras más concretas, como el pago inicial de la vivienda, el tipo de propiedad y la relación préstamo-valor. Dado que la vivienda pasa a ser propiedad del prestamista si usted no puede hacer frente a los pagos de la hipoteca, el asegurador necesita saber exactamente cuál es el valor de la vivienda que se está comprando.
Las «tres C» no son lo único que mira el asegurador. También verificará su información laboral y salarial, y revisará la tasación de la vivienda para asegurarse de su exactitud y exhaustividad. Es responsabilidad del suscriptor asegurarse de que toda la documentación sobre impuestos, títulos, seguros y cierres está en su sitio.
El suscriptor tiene la aprobación final de su préstamo, porque en última instancia es el responsable del mismo. Si un suscriptor aprueba un préstamo que el comprador no puede pagar, puede resultar en grandes costos para el prestamista. Trabajar con un prestamista de confianza puede ayudar a que el proceso de suscripción se desarrolle sin problemas y a conseguir la hipoteca que necesita para su próxima casa.
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