Presas

Una presa es una estructura construida a través de un río o arroyo para retener el agua. A lo largo de los siglos se han utilizado diferentes materiales para construir presas. Los antiguos constructores de presas utilizaban materiales naturales como rocas o arcilla. Los constructores de presas actuales suelen utilizar hormigón.

Las presas hechas por el hombre crean lagos artificiales llamados embalses. Los embalses pueden utilizarse para almacenar agua para la agricultura, la industria y el uso doméstico. También pueden utilizarse para la pesca, la navegación y otras actividades de ocio. La gente ha utilizado las presas durante muchos siglos para ayudar a prevenir las inundaciones.

Los antiguos mesopotámicos pueden haber sido algunos de los primeros humanos en construir presas. La presa más antigua conocida es la de Jawa, situada en la actual Jordania. Se construyó en el siglo IV a.C. Las presas proporcionaban a los agricultores una fuente constante de agua para regar los cultivos. Esto permitió a los antiguos mesopotámicos alimentar a una población creciente.

Los romanos también fueron maestros constructores de presas. Utilizaban presas para desviar el agua para beber, bañarse y regar. Una de las presas más antiguas que aún se utiliza es la de Cornalvo, en España. Los antiguos romanos la construyeron en el siglo I o II d.C.

La fuerza del agua que fluye crea energía mecánica. La gente ha aprovechado esta energía durante siglos con el uso de presas. Las pequeñas presas accionaban ruedas de paletas en la Europa y América preindustrial. Se utilizaban para ayudar a aserrar troncos o moler maíz y otros granos.

Durante la Revolución Industrial, los ingenieros comenzaron a construir presas más grandes. Estas presas de tamaño industrial podían retener más agua para alimentar la gran maquinaria de las fábricas y las minas. También podían hacer girar turbinas gigantes para generar electricidad.

A principios del siglo XX se inició una era de construcción de «grandes presas» en Estados Unidos a medida que aumentaba la demanda de electricidad. Durante la Gran Depresión, el presidente Franklin D. Roosevelt puso a los estadounidenses a trabajar en la construcción de enormes proyectos de presas. El más famoso de ellos es la presa Hoover.

La presa Hoover se encuentra en la frontera entre Nevada y Arizona. Se completó en 1936. La presa Hoover se considera una maravilla de la ingeniería. Fue la presa más alta jamás construida en su momento: 22 metros. La presa ayudó a controlar el flujo de agua del río Colorado creando el lago Mead, uno de los mayores embalses de Estados Unidos. El lago Mead suministra agua potable a la ciudad de Las Vegas.

Las presas se han considerado durante mucho tiempo un símbolo del ingenio humano. Sin embargo, los ecologistas que estudian los ríos y los lagos han descubierto algunas desventajas medioambientales de la construcción de presas. Las presas modifican el funcionamiento de los ríos y, en algunos casos, pueden perjudicar a las poblaciones locales de peces.

Inundar paisajes para crear embalses también puede tener consecuencias para la biodiversidad. El biólogo brasileño Raffaello Di Ponzio estudia el impacto de los proyectos de grandes presas en las plantas y animales de la selva amazónica. En Brasil se han propuesto más de 200 presas hidroeléctricas. Aunque estas presas podrían ayudar a satisfacer la creciente demanda de energía en Sudamérica, también inundarían más de 10 millones de hectáreas (25 millones de acres) de la selva amazónica.

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