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Discusión

Los principales hallazgos del presente estudio fueron que la administración de una dosis única de LSD (200 μg p.o.) en voluntarios sanos indujo una experiencia subjetivamente significativa con efectos positivos duraderos que fueron atribuidos a la experiencia del LSD por los participantes. Las mayores calificaciones de las alteraciones agudas de la mente inducidas por el LSD en el 5D-ASC y/o las experiencias de tipo místico en las escalas MEQ30 se asociaron con mayores calificaciones de bienestar 12 meses después de la experiencia y cambios en las experiencias místicas de toda la vida. El LSD no aumentó la apertura de rasgos ni produjo cambios relevantes en las medidas de personalidad. En el presente estudio, la LSD no se asoció con efectos negativos duraderos, ya que no se pudieron observar aumentos duraderos de las actitudes negativas, el estado de ánimo negativo y el comportamiento negativo después de uno y 12 meses.

Los presentes hallazgos confirmaron la mayoría de nuestras hipótesis y complementaron informes recientes similares de efectos duraderos de la psilocibina en sujetos sanos utilizando las mismas medidas de resultado (Griffiths et al. 2006, 2008, 2011, 2017; MacLean et al. 2011). Los efectos duraderos del LSD también fueron reportados en sujetos psiquiátricamente sanos en estudios más antiguos (McGlothlin et al. 1967). Los efectos a corto plazo sobre las medidas de personalidad se informaron en un estudio reciente (Carhart-Harris et al. 2016a). Específicamente, en el estudio más antiguo de McGlothlin et al. (1967), se administraron pruebas psicológicas antes y 2 semanas y 6 meses después de tres sesiones de una sola dosis (200 μg de LSD p.o. en cada sesión) en 24 sujetos sanos para explorar posibles cambios en actitudes y valores (McGlothlin et al. 1967). Los participantes eran estudiantes graduados, se les pagó por participar, no tenían LSD y recibieron la droga en un entorno seguro, pero sin sugerencias de posibles efectos duraderos (McGlothlin et al. 1967). A diferencia de nuestro estudio, las sesiones con la droga se llevaron a cabo en una «sala decorada con buen gusto y diseñada específicamente para mejorar la experiencia con la droga» sin distracciones por parte de los experimentos (McGlothlin et al. 1967). Una mayor proporción de participantes informó de efectos duraderos en la personalidad y una mayor apreciación de la música y el arte 6 meses después de la administración de LSD, en comparación con los controles que recibieron anfetamina (20 mg p.o.) o una dosis muy baja de LSD (25 μg p.o.; McGlothlin et al. 1967). La mayoría de los participantes también calificaron la respuesta aguda al LSD como una experiencia muy dramática e interesante. Sin embargo, la comparación pre-LSD vs. post-LSD de una serie de calificaciones de pruebas de personalidad y creatividad no documentó cambios relevantes (McGlothlin et al. 1967). Estos hallazgos previos de cambios subjetivos atribuidos a la LSD en actitudes, valores e intereses estéticos en ausencia de alteraciones en medidas de pruebas más objetivas (McGlothlin et al. 1967) fueron confirmados en gran medida por los presentes resultados.

Más recientemente, Griffiths y sus colegas administraron una dosis única de psilocibina en un entorno de apoyo en 30 sujetos sanos sin alucinógenos y espiritualmente activos para evaluar los efectos a largo plazo de la psilocibina (Griffiths et al. 2006, 2008). Se utilizó un diseño de estudio cruzado, incluyendo una condición de control (metilfenidato, 40 mg/70 kg p.o.), para evaluar los efectos agudos de la psilocibina (30 mg/70 kg p.o.). La EM y el MEQ se utilizaron para evaluar las experiencias agudas de tipo místico (Barrett et al. 2015; Griffiths et al. 2006), de forma similar al presente estudio (Liechti et al. 2017). Los efectos duraderos de la psilocibina se evaluaron a los 2 y 14 meses utilizando el PEQ y la EM (Griffiths et al. 2008). A diferencia del presente estudio con LSD, los voluntarios no recibieron una compensación monetaria por participar. Los investigadores se reunieron con los participantes en cuatro ocasiones (durante un total de 8 horas) antes de la sesión de psilocibina para prepararlos para la experiencia. A diferencia del presente estudio, esta preparación previa a la sesión incluía explícitamente la expectativa del monitor de que la sesión de psilocibina podría aumentar la conciencia personal y el insight (Griffiths et al. 2006) y, por tanto, podría tener efectos positivos duraderos. Además, todos los sujetos participaron al menos de forma intermitente en actividades religiosas o espirituales, en las que el 56% de los voluntarios informaron de un compromiso diario, y el 39% indicaron actividades al menos mensuales (Griffiths et al. 2006, 2008). Griffiths y sus colegas también llevaron a cabo un estudio de dosis-efecto que incluyó la administración de cuatro dosis únicas diferentes de psilocibina y placebo en 18 participantes y evaluaron los efectos duraderos a 1 y 14 meses utilizando el PEQ, la EM, el DTS y el Inventario de Personalidad NEO (NEO-PI) (Griffiths et al. 2011), de forma similar al presente estudio. Al igual que el LSD en el presente estudio, una sola dosis de psilocibina (30 mg/70 kg) aumentó significativamente las calificaciones de las experiencias agudas de tipo místico en la EM y el MEQ (Barrett et al. 2015; Griffiths et al. 2006, 2011). Sin embargo, 17 de los 54 participantes en total también informaron de miedo fuerte o extremo a veces durante la sesión después de la administración de psilocibina en esta dosis (Griffiths et al. 2006, 2011). En consonancia con los presentes hallazgos, la psilocibina también produjo efectos positivos significativos pero no efectos negativos en la PE en comparación con la condición de control, que duraron hasta 1, 2 y 14 meses después de las sesiones (Griffiths et al. 2006, 2008, 2011). Las puntuaciones totales en la versión de por vida de la EM aumentaron 2 meses después de una única dosis de psilocibina (Griffiths et al. 2006, 2008) y en el seguimiento de 14 meses (Griffiths et al. 2008, 2011), de forma similar a los presentes hallazgos, en los que las puntuaciones de la EM aumentaron 1 y 12 meses después de la administración de LSD. En el presente estudio, también observamos un aumento duradero de las puntuaciones en la subescala de misticismo de la EDE, lo que indica un aumento de las experiencias místicas, que es coherente con los aumentos de las experiencias místicas de toda la vida en la EM, pero sin efectos en la otra subescala. Por el contrario, la psilocibina sólo cambió ligeramente las puntuaciones en el DTS, con un ligero aumento en la subescala religiosa, pero no en la subescala de misticismo a los 14 meses en comparación con el análisis previo a la psilocibina (Griffiths et al. 2011).

En general, el presente estudio no encontró efectos duraderos del LSD en varias medidas de rasgos de personalidad 1 o 12 meses después de la administración del LSD. No confirmamos la hipótesis de nuestro estudio de que el LSD aumentaría el rasgo de apertura en el NEO-FFI. En contraste con la falta de efectos a largo plazo de la LSD sobre la personalidad en el presente estudio, las puntuaciones de apertura del NEO-PI aumentaron 2 semanas después de la administración de una dosis menor de LSD (75 μg i.v.) en sujetos sanos con un consumo previo de LSD mayormente significativo (Carhart-Harris et al. 2016a). Estos cambios de personalidad a medio plazo fueron probablemente transitorios. En consonancia con los presentes resultados de seguimiento de LSD, la psilocibina no alteró las calificaciones de los rasgos de personalidad 2 o 14 meses después de una dosis única de psilocibina en comparación con el examen previo a la psilocibina (Griffiths et al. 2006, 2008). Aunque se observaron aumentos en la apertura 14 meses después de la administración de psilocibina en un análisis conjunto de ambos estudios (MacLean et al. 2011), otro estudio más reciente del mismo grupo volvió a no encontrar efectos de la psilocibina en las medidas de personalidad del NEO-PI 6 meses después de la administración de psilocibina (Griffiths et al. 2017). Las puntuaciones de ansiedad rasgo en el STAI no cambiaron después de la administración de LSD en comparación con la evaluación previa al LSD en el presente estudio. Por el contrario, el LSD redujo las puntuaciones de ansiedad rasgo en pacientes con ansiedad que estaba asociada a enfermedades potencialmente mortales (Gasser et al. 2014, 2015).

En conjunto, los hallazgos de los estudios clínicos controlados, incluido el presente estudio (Griffiths et al. 2006, 2008, 2011, 2017; MacLean et al. 2011; McGlothlin et al. 1967), son consistentes con la opinión de que los alucinógenos serotoninérgicos producen principalmente aumentos duraderos en las experiencias místicas de por vida y efectos positivos duraderos en las actitudes, el estado de ánimo y el comportamiento que se atribuyen subjetivamente a la experiencia del alucinógeno. Por el contrario, los cambios percibidos subjetivamente no dieron lugar a cambios relevantes duraderos en las medidas de rasgos de personalidad en sujetos sanos.

El uso de LSD y psilocibina se ha asociado a experiencias místicas (Barrett y Griffiths 2017; Lyvers y Meester 2012). Las experiencias místicas que son inducidas por el alucinógeno psilocibina han demostrado estar asociadas a efectos positivos a largo plazo en sujetos sanos (Griffiths et al. 2017; MacLean et al. 2011) y a resultados terapéuticos en pacientes (García-Romeu et al. 2015; Griffiths et al. 2016; Ross et al. 2016). Una línea de investigación interesante es explorar los factores que contribuyen a estas experiencias místicas y si predicen específicamente los efectos a largo plazo de los alucinógenos. Las experiencias de tipo místico predijeron resultados terapéuticos positivos en pacientes incluso después de controlar la intensidad subjetiva del efecto de la droga (Griffiths et al. 2016; Ross et al. 2016). De forma similar a estudios anteriores con psilocibina en sujetos sanos (Griffiths et al. 2008, 2017), el presente estudio descubrió que los efectos a largo plazo de la LSD estaban asociados con el alcance de la respuesta aguda a la LSD. Sin embargo, las alteraciones generales de la mente, reflejadas por las puntuaciones del 5D-ASC, predijeron mejor los efectos a largo plazo del LSD en comparación con las evaluaciones de la experiencia aguda más específica de tipo místico, como las puntuaciones totales agudas del MS o las puntuaciones del MEQ30. Por lo tanto, los presentes hallazgos indican que las alteraciones generales de la conciencia que son inducidas agudamente por el LSD pueden contribuir a los efectos positivos duraderos del LSD en sujetos normales y en pacientes (Gasser et al. 2015; Liechti et al. 2017).

Se ha demostrado que el alcance de las experiencias agudas de tipo místico inducidas por alucinógenos depende principalmente de la dosis (Griffiths et al. 2011). Los índices más altos de meditación/práctica espiritual o un mayor apoyo a la práctica espiritual también aumentaron las calificaciones de los efectos agudos de tipo místico y contribuyeron a los efectos positivos a largo plazo en comparación con un grupo que recibió psilocibina pero menos apoyo espiritual (Griffiths et al. 2017). En este estudio, las sugerencias de práctica espiritual a todos los participantes incluían 10-30 minutos de meditación diaria, práctica de la conciencia, escribir un diario y otras actividades que se consideraban personalmente como facilitadoras del crecimiento espiritual (Griffiths et al. 2017). Sin embargo, el alto apoyo a la práctica espiritual incluyó sesiones de grupo de diálogo para discutir la implementación y el mantenimiento de las prácticas espirituales de meditación y conciencia espiritual y un total de 35 h de contacto entre el guía y el participante desde el inicio del estudio hasta el seguimiento de 6 meses, en comparación con ninguna sesión de grupo y solo 7 h de contacto en el grupo con menos apoyo espiritual (Griffiths et al. 2017). Las valoraciones absolutas de los efectos agudos de tipo místico del alucinógeno en el EM y el MEQ fueron en general más altas en los estudios de Griffiths y sus colegas (Barrett et al. 2015; Griffiths et al. 2006, 2008, 2011, 2017) en comparación con el presente estudio (Liechti et al. 2017). Es importante destacar que este fue el caso tanto en las condiciones de alucinógeno como en las de control, mientras que los aumentos agudos inducidos por el alucinógeno en las puntuaciones de EM y MEQ en relación con la condición de control fueron mayores después de la administración de LSD que de psilocibina (Barrett et al. 2015; Griffiths et al. 2006, 2011; Liechti et al. 2017). En el presente estudio, el LSD produjo calificaciones medias del MEQ30 del 61% y una experiencia mística completa en solo dos sujetos (12,5%; Liechti et al. 2017). Por el contrario, la psilocibina produjo puntuaciones medias del MEQ30 del 77% y una experiencia mística completa en el 67% de los sujetos (Barrett et al. 2015). Sin embargo, el placebo o el placebo activo (es decir, el metilfenidato) también produjeron calificaciones medias del MEQ30 del 23 y el 33%, respectivamente, en estos estudios (Barrett et al. 2015), lo que indica diferencias relevantes entre los estudios, incluidas las características de los sujetos de investigación (conjunto) y el entorno (Barrett y Griffiths 2017). A diferencia de los estudios de Griffiths y sus colegas (Griffiths et al. 2006, 2011), los participantes en el presente estudio eran en su mayoría estudiantes universitarios. Recibieron una compensación monetaria por participar y no se les exigió ser espiritualmente activos (Liechti et al. 2017; Schmid et al. 2015). Los participantes en el presente estudio tenían un interés personal o científico en experimentar los efectos de alteración de la mente del alucinógeno en un entorno hospitalario seguro, pero el equipo de investigación no transmitió expectativas o sugerencias explícitas de efectos místicos o duraderos. Por lo tanto, estas diferencias en las poblaciones del estudio (espiritualmente activas frente a no explícitamente activas), la preparación (sugerencia de efectos místicos/durables frente a ninguna sugerencia) y el entorno (entorno estético similar a una sala de estar diseñado específicamente para el estudio frente a la sala del hospital) probablemente explicaron las valoraciones generales más bajas de los efectos de tipo místico en el presente estudio en comparación con los estudios de Griffiths y sus colegas (Griffiths et al. 2006, 2011). Tampoco observamos ningún caso de efectos de tipo místico relevantes tras la administración de placebo (Liechti et al. 2017), mientras que aproximadamente el 5% de los sujetos de los estudios de Griffiths y colegas experimentaron una experiencia mística marcada o total tras el placebo (Barrett et al. 2015; Griffiths et al. 2011). Por lo tanto, los escenarios de los estudios de Griffiths y colegas parecían estar altamente optimizados para fomentar la aparición de experiencias místicas (Barrett y Griffiths 2017), mientras que se reportaron menos experiencias de tipo místico en los estudios que fueron realizados por otros grupos (Carhart-Harris et al. 2016a; Gasser et al. 2015; Liechti et al. 2017; Studerus et al. 2011, 2012). En particular, los efectos del LSD (200 μg) en el presente estudio y de la psilocibina (30 mg/70 kg) en las puntuaciones del 5D-ASC fueron comparables (Griffiths et al. 2017; Liechti et al. 2017), lo que indica alteraciones similares en la conciencia a pesar de los diferentes escenarios y experiencias místicas agudas. Queda por comprobar qué reflejan realmente las altas experiencias místicas agudas y los efectos asociados a largo plazo. Se observaron altas puntuaciones en el MEQ (también después del placebo) en entornos que implicaban más práctica/apoyo espiritual, y estas puntuaciones y los cambios asociados a largo plazo pueden reflejar en parte dichos entornos (Griffiths et al. 2017) y no los efectos de la psilocibina per se. Por último, las puntuaciones del efecto agudo del 5D-ASC y del MEQ estaban interrelacionadas en el presente estudio (Liechti et al. 2017). De hecho, las calificaciones del efecto agudo tanto en el 5D-ASC como en el MEQ predijeron significativamente los cambios a largo plazo en el bienestar subjetivo y la satisfacción con la vida en el PEQ a los 12 meses en el presente estudio. Por el contrario, las calificaciones del MEQ y, por tanto, específicamente las experiencias de tipo místico parecían predecir principalmente varios efectos a largo plazo de la psilocibina en sujetos más activos espiritualmente (Griffiths et al. 2008, 2017).

El presente estudio tiene varias limitaciones. En primer lugar, el estudio no incluyó una verdadera condición de control para los efectos a largo plazo del LSD (es decir(un grupo de control paralelo para los efectos duraderos y no sólo para los efectos agudos del LSD). Los efectos duraderos se atribuyeron subjetivamente a la experiencia del LSD y/o se compararon con las medidas anteriores a la sesión de LSD a lo largo del tiempo y dentro de los sujetos. Por lo tanto, no podemos excluir la posibilidad de que todos estos efectos subjetivos sean atribuibles a las expectativas de efectos positivos a largo plazo del LSD. En segundo lugar, la muestra del estudio era pequeña y no tenía la potencia suficiente para detectar pequeños efectos en la personalidad. En tercer lugar, los cuestionarios se utilizaron previamente en inglés, pero en su mayoría no fueron validados y las traducciones no fueron validadas en alemán. En cuarto lugar, el estudio se llevó a cabo en sujetos sanos y utilizó muchas precauciones de seguridad (Johnson et al. 2008). Por lo tanto, los resultados no pueden generalizarse necesariamente a otros entornos o pacientes. Podrían producirse respuestas agudas negativas o efectos negativos a largo plazo en diferentes poblaciones o entornos (Carbonaro et al. 2016; Halpern et al. 2016).

En conclusión, después de 1 año, una única experiencia con LSD produjo un significado personal y un mayor bienestar, que se atribuyeron subjetivamente a la experiencia con LSD, pero no hubo cambios relevantes en las medidas de los rasgos de personalidad.

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