Consejos para las rabietas de los niños
Descubre por qué se produce la rabieta
Tu hijo puede estar cansado o tener hambre, en cuyo caso la solución es sencilla. Puede que se sienta frustrado o celoso, tal vez de otro niño. Puede que necesite tiempo, atención y cariño, aunque no esté siendo muy cariñoso.
Entiende y acepta el enfado de tu hijo
Probablemente tú también te sientas así a veces, pero puedes expresarlo de otras maneras.
Busca una distracción
Si crees que tu hijo está empezando una rabieta, busca algo con lo que distraerlo inmediatamente. Puede ser algo que pueda ver por la ventana. Por ejemplo, puedes decir: «¡Mira! Un gato». Haz que suene tan sorprendido e interesado como puedas.
Espera a que se detenga
Perder los estribos o gritar no acabará con la rabieta. Ignora las miradas de la gente que te rodea y concéntrate en mantener la calma.
No cambies de opinión
Ceder no te ayudará a largo plazo. Si has dicho que no, no cambies de opinión y digas que sí sólo para acabar con la rabieta.
De lo contrario, tu hijo empezará a pensar que con las rabietas puede conseguir lo que quiere. Por la misma razón, no sirve de nada sobornarlos con dulces o golosinas.
Si estás en casa, intenta ir a otra habitación durante un rato. Asegúrate primero de que tu hijo no pueda hacerse daño.
Está preparado cuando salgas de compras
Las rabietas suelen ocurrir en las tiendas. Esto puede ser embarazoso, y la vergüenza hace más difícil mantener la calma. Haz que los viajes de compras sean lo más cortos posible. Involucre a su hijo en la compra hablándole de lo que necesita y dejando que le ayude.
Intente sujetar a su hijo con firmeza hasta que se le pase la rabieta
A algunos padres les resulta útil, pero puede ser difícil sujetar a un niño con problemas. Suele funcionar cuando tu hijo está más alterado que enfadado, y cuando te sientes lo suficientemente tranquilo como para hablarle con suavidad y tranquilizarle.