Una vacuna centenaria contra la tuberculosis parece reducir los niveles de glucosa en sangre de los pacientes con diabetes de tipo 1 a largo plazo hasta casi la normalidad y podría tener el potencial de revertir la diabetes de tipo 2. Para los millones de pacientes con diabetes, se trata de una noticia emocionante que podría suscitar consultas para recibir la vacuna en su farmacia.
Aunque la vacuna se utiliza ampliamente en zonas del mundo con altas tasas de tuberculosis (TB), los CDC no recomiendan su uso rutinario en los Estados Unidos para ese fin, y su uso en la diabetes sigue estando en fase de ensayo clínico.
Aún así, los resultados de los estudios presentados recientemente en las 78ª Sesiones Científicas de la Asociación Americana de Diabetes y publicados en npj Vaccines han aumentado considerablemente el interés por el novedoso uso de la vacuna como medio para reducir los niveles de glucosa en sangre durante años y para revertir potencialmente la diabetes de tipo 1 y 2.
En un estudio en el que participaron 282 personas, 52 de ellas con diabetes de tipo 1 de larga duración, los investigadores descubrieron que 3 años después de la inmunización con las dos dosis de la vacuna BCG administradas con un intervalo de 4 semanas, los niveles de HbA1c disminuyeron más del 10% en los pacientes diabéticos. Al cuarto año, experimentaron una reducción del 18% en la HbA1c, y mantuvieron esa reducción durante los cuatro años siguientes.
Los investigadores observaron que la media de HbA1c de 6,65 situaba a los pacientes que recibieron la vacuna BCG bastante cerca del umbral de 6,5 para el diagnóstico de diabetes. Los pacientes que recibieron un placebo y un grupo de referencia con diabetes de tipo 1 mantuvieron una media de HbA1c de 7,22 a lo largo de los 8 años del estudio.
Los pacientes que recibieron la vacuna no informaron de ninguna hipoglucemia grave, a pesar de mantener niveles bajos de glucosa en sangre, mientras que los que no recibieron la vacuna siguieron experimentando eventos hipoglucémicos. Todos los participantes mantuvieron su cuidado habitual de la diabetes a lo largo del estudio, incluido el uso de bombas de insulina o dispositivos de monitorización continua de la glucosa.
El equipo de investigación, dirigido por la doctora Denise Faustman, directora del Laboratorio de Inmunobiología del MGH, investigadora principal de los ensayos clínicos con BCG en el Hospital General de Massachusetts, determinó que la vacuna redujo los niveles de glucosa en sangre al cambiar el metabolismo de la glucosa de la fosforilación oxidativa a la glucólisis aeróbica, que aumenta el consumo de glucosa por parte de las células. También descubrieron que la BCG reducía el azúcar en sangre en ratones que tenían hiperglucemia desencadenada por causas distintas al ataque autoinmune, lo que indicaba que también podría ser beneficiosa en la diabetes de tipo 2.
Los investigadores advirtieron en un documento de preguntas y respuestas que acompañaba a un comunicado de prensa del Massachusetts General que los resultados del estudio son preliminares y que se necesita más investigación. «No recomendamos que nadie tome BCG para la diabetes ni recomendamos ningún uso ‘fuera de etiqueta’ de BCG. Estos resultados son informes de ensayos clínicos y no deben confundirse con la aprobación de la FDA», dijeron.
Ocho ensayos adicionales han inscrito a cientos de pacientes para ver si los resultados se mantienen en una población mayor.
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