Según el editor de Beck, «cuando Beck empezó a estudiar la depresión en los años 50, la teoría psicoanalítica predominante atribuía el síndrome a una hostilidad invertida contra el yo». Por el contrario, el BDI se desarrolló de una forma novedosa para su época; recopilando las descripciones literales de los pacientes sobre sus síntomas y utilizándolas después para estructurar una escala que pudiera reflejar la intensidad o gravedad de un síntoma determinado.
Beck llamó la atención sobre la importancia de las «cogniciones negativas» descritas como pensamientos negativos sostenidos, inexactos y a menudo intrusivos sobre el yo. En su opinión, estas cogniciones causaban la depresión, en lugar de ser generadas por ella.
Beck desarrolló una tríada de cogniciones negativas sobre el mundo, el futuro y el yo, que desempeñan un papel importante en la depresión.Un ejemplo de la tríada en acción tomado de Brown (1995) es el caso de un estudiante que obtiene malos resultados en los exámenes:
- El estudiante tiene pensamientos negativos sobre el mundo, por lo que puede llegar a creer que no disfruta de la clase.
- El estudiante tiene pensamientos negativos sobre su futuro porque piensa que puede no aprobar la clase.
- El estudiante tiene pensamientos negativos sobre su yo, ya que puede sentir que no merece estar en la universidad.
El desarrollo del BDI lo refleja en su estructura, con ítems como «he perdido todo mi interés por otras personas» para reflejar el mundo, «me siento desanimado sobre el futuro» para reflejar el futuro, y «me culpo de todo lo malo que ocurre» para reflejar el yo. La visión de la depresión como sostenida por cogniciones negativas intrusivas ha tenido especial aplicación en la terapia cognitivo-conductual (TCC), que pretende desafiarlas y neutralizarlas a través de técnicas como la reestructuración cognitiva.
BDIEdit
El BDI original, publicado por primera vez en 1961, consistía en veintiuna preguntas sobre cómo se había sentido el sujeto en la última semana. Cada pregunta tenía un conjunto de al menos cuatro respuestas posibles, que variaban en intensidad. Por ejemplo:
- (0) No me siento triste.
- (1) Me siento triste.
- (2) Estoy triste todo el tiempo y no puedo salir de ello.
- (3) Estoy tan triste o infeliz que no puedo soportarlo.
Cuando se puntúa el test, se asigna un valor de 0 a 3 a cada respuesta y luego se compara la puntuación total con una clave para determinar la gravedad de la depresión. Las puntuaciones de corte estándar fueron las siguientes:
- 0-9: indica depresión mínima
- 10-18: indica depresión leve
- 19-29: indica depresión moderada
- 30-63: indica depresión grave.
Las puntuaciones totales más altas indican síntomas depresivos más graves.
Algunos ítems del BDI original tenían más de una afirmación marcada con la misma puntuación. Por ejemplo, hay dos respuestas en el apartado Estado de ánimo que puntúan con un 2: (2a) «Estoy triste o deprimido todo el tiempo y no puedo salir de ello» y (2b) «Estoy tan triste o infeliz que es muy doloroso».
BDI-IAEdit
El BDI-IA fue una revisión del instrumento original desarrollado por Beck durante la década de 1970 y registrado en 1978. Para mejorar la facilidad de uso, se eliminaron los «enunciados a y b» descritos anteriormente, y se indicó a los encuestados que refrendaran cómo se habían sentido durante las dos semanas anteriores. La consistencia interna del BDI-IA era buena, con un coeficiente alfa de Cronbach de alrededor de 0,85, lo que significa que los ítems del inventario están altamente correlacionados entre sí.
Sin embargo, esta versión conservaba algunos defectos; el BDI-IA sólo abordaba seis de los nueve criterios del DSM-III para la depresión. Esta y otras críticas se abordaron en el BDI-II.
BDI-IIEditar
El BDI-II fue una revisión de 1996 del BDI, desarrollada en respuesta a la publicación de la Asociación Americana de Psiquiatría del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, Cuarta Edición, que cambió muchos de los criterios diagnósticos del Trastorno Depresivo Mayor.
Se sustituyeron los ítems que implicaban cambios en la imagen corporal, hipocondría y dificultad para trabajar. Además, se revisaron los ítems de pérdida de sueño y pérdida de apetito para evaluar tanto los aumentos como las disminuciones del sueño y del apetito. Se modificó la redacción de todos los ítems menos tres; sólo se mantuvieron los ítems relativos a los sentimientos de castigo, los pensamientos de suicidio y el interés por el sexo. Por último, se pidió a los participantes que calificaran cómo se han sentido durante las últimas dos semanas, en lugar de la última semana como en el BDI original.
Al igual que el BDI, el BDI-II también contiene 21 preguntas, cada una de cuyas respuestas se puntúa en una escala de 0 a 3. Las puntuaciones totales más altas indican síntomas depresivos más graves. Los puntos de corte estandarizados utilizados difieren del original:
- 0-13: depresión mínima
- 14-19: depresión leve
- 20-28: depresión moderada
- 29-63: depresión grave.
Una medida de la utilidad de un instrumento es ver el grado de concordancia con otro instrumento similar que haya sido validado con la información de una entrevista clínica realizada por un clínico entrenado. En este sentido, el BDI-II está positivamente correlacionado con la Escala de Calificación de la Depresión de Hamilton, con una r de Pearson de 0,71, lo que muestra una buena concordancia. La prueba también demostró tener una alta fiabilidad test-retest de una semana (r de Pearson =0,93), lo que sugiere que no es demasiado sensible a las variaciones diarias del estado de ánimo. La prueba también tiene una alta consistencia interna (α=.91).