Por el Dr. Amesh A. Adalja, el 22 de enero de 2009
Un nuevo estudio1 de investigadores de la Universidad de Virginia Occidental demuestra que el virus de la gripe es capaz de permanecer suspendido en el aire, lo que permite su transmisión por vía aérea. Este hallazgo sugiere la posible necesidad de adoptar medidas más estrictas de control de la infección para evitar la propagación de la gripe estacional en los hospitales.
Muestra del aire del departamento de emergencias en busca de virus
Para este estudio, que tuvo lugar durante la temporada de gripe de 2008, Blachere y sus colegas tomaron muestras de aire dentro de un departamento de emergencias utilizando un dispositivo con entradas y salidas de diferente calibre para recoger partículas de distinto tamaño. Se emplearon muestreadores fijos y móviles en 6 ocasiones diferentes en una variedad de lugares, incluyendo la sala de espera y las salas de examen. Los médicos llevaban muestreadores personales. A continuación, se llevó a cabo la amplificación de la reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para determinar si se podía encontrar la firma genética de la gripe en las muestras.1
Se encontró el virus de la gripe en las muestras de aerosol
En 3 días distintos, se encontró el virus de la gripe A, con más del 50% de los aislamientos derivados de la etapa del muestreador de aire específica para las partículas aerosolizadas (de menos de 4 micrómetros de diámetro). Los muestreadores de la sala de espera, la sala de recepción y los que llevaban los médicos fueron todos positivos.1
¿Se necesitan medidas de control de la infección más estrictas para la gripe A?
Aunque el modo de transmisión de la gripe es complejo y poco conocido, es una cuestión de importancia crítica, especialmente en el entorno sanitario. Se han sugerido tres mecanismos de transmisión: el contacto directo, las grandes gotas respiratorias que caen rápidamente al suelo en un radio de unos pocos metros, y los pequeños aerosoles respiratorios que permanecen suspendidos en el aire durante un tiempo considerable y recorren una distancia considerable. Sin embargo, hay pruebas limitadas y no concluyentes para cada mecanismo. Aunque los tres pueden estar en juego, todavía no se conoce el modo de transmisión predominante. Las recomendaciones actuales para el tratamiento de los pacientes con gripe estacional exigen precauciones contra las gotitas -principalmente el uso de mascarillas quirúrgicas sencillas- para la prevención de la propagación nosocomial del virus.
Los resultados del estudio de Blachere ponen en duda las recomendaciones actuales de utilizar únicamente precauciones contra las gotitas cuando se atiende a pacientes con gripe. Dada la presencia del virus en forma de aerosol, el propio aire del hospital puede estar contaminado y actuar como vector de propagación del virus de la gripe, al igual que el aire del hospital puede propagar la tuberculosis.
Las medidas de control de la infección para los casos humanos de gripe H5N1 que exigen el uso de precauciones en el aire reflejan este peligro. Aunque es probable que estas precauciones se deriven de la alta patogenicidad del virus más que de cualquier evidencia de propagación por el aire,2 es concebible que sea necesario adoptar este paradigma como una cuestión de rutina para proteger mejor a los pacientes y a los trabajadores sanitarios de contraer el virus de la gripe estacional en las instalaciones sanitarias.
La propagación osocomial de la gripe, que es responsable del 28% de los casos de gripe en algunos hospitales,3 es muy costosa, con estimaciones que alcanzan hasta 3.800 dólares por caso.4 Junto con las tasas alarmantemente altas de resistencia de la gripe A H1N1 al oseltamavir y la resistencia de la H3N2 a los adamantanos,5 el control de la infección debería tener mayor prioridad en la planificación de la gripe. La mejor estrategia para interrumpir la propagación de la gripe puede requerir la realización de pruebas rápidas de todos los casos sospechosos y la puesta en marcha de medidas de control de la infección similares a las utilizadas con las personas sospechosas de padecer tuberculosis, lo que puede implicar el uso de respiradores N-95 y salas de presión negativa. Se necesitan más investigaciones para verificar la transmisibilidad aérea de la gripe A.
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Blachere FM, Lindsley WG, Pearce TA, et al. Measurement of Airborne Influenza Virus in a Hospital Emergency Department. Clin Infect Dis. 2009; . Disponible en: http://www.journals.uchicago.edu/doi/abs/10.1086/596478. Consultado el 19 de enero de 2009.
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Recomendaciones provisionales para el control de la infección en los centros sanitarios que atienden a pacientes con gripe aviar conocida o presunta. CDC. 21 de mayo de 2004. Disponible en: http://www.cdc.gov/flu/avian/professional/infect-control.htm. Consultado el 19 de enero de 2009.
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Sartor C, Zandotti S, Romain F, et al. Disrupción de los servicios en una unidad de medicina interna debido a un brote de gripe nosocomial. Infect Control Hosp Epidem. 2002. 23:615-19.
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