Hay una amplia interpretación errónea de que el dingo fue una vez un «perro doméstico» (Canis familiaris) antes de que se convirtiera en salvaje en Australia, y que realmente se ha desarrollado a partir de los perros piadosos comunes de Asia. Esto es totalmente incorrecto. El dingo siempre ha sido un cánido salvaje, que se desarrolló como el lobo de Australia. Los pueblos primitivos pueden haber utilizado a los cachorros para cualquier propósito (es decir, animales de vigilancia, fuente de alimento, limpiadores de campamentos), pero lo hicieron tomando animales jóvenes de la naturaleza. A diferencia del perro salvaje africano o del dhole asiático, ambos prototipos evolutivos más antiguos de los cánidos, el dingo no necesita vivir en manada ni ser enseñado a cazar para sobrevivir. El dingo tiene su impulso de presa incorporado como comportamiento instintivo. Es un depredador natural y solitario. Los dingos puros, al igual que los lobos, siguen encerrados genéticamente en ciclos anuales de reproducción.
También se ajustará a la jerarquía social de la manada, al igual que el lobo, pero este es un comportamiento aprendido. Aunque los perros de color pueden tener un ancestro compartido hace miles de años, hoy en día no tienen ninguna relación familiar con el dingo australiano puro. Son vástagos modernos de cruces mestizos. Si se quiere mantener la creencia de que un dingo es un perro doméstico, entonces la raza es, con mucho, la más antigua y pura del mundo, pero es una raza que ha evolucionado naturalmente y no ha sido creada por el hombre. Los dingos puros nunca podrán ser «domesticados» mientras sigan siendo puros. Están encerrados genéticamente en su primitivismo. Al igual que ha ocurrido en todo el mundo con los lobos, los coyotes y otras especies de cánidos salvajes, que pueden cruzarse entre sí, sólo si se cruzan con razas domesticadas puede verse afectada la integridad de este proyecto genético. Pero la investigación científica sobre este asunto es escasa y aún debe llevarse a cabo, para comprender el alcance total de la hibridación.
También ha habido muy poco estudio biológico científico y documentación de la fisiología única de los dingos. He aquí algunos registros pictóricos que muestran las capacidades físicas únicas del dingo, que generalmente son imposibles para los perros domésticos: