El betacaroteno y otros carotenoides como antioxidantes

Los carotenoides son pigmentos naturales que son sintetizados por las plantas y son responsables de los colores brillantes de varias frutas y verduras. Hay varias docenas de carotenoides en los alimentos que comemos, y la mayoría de estos carotenoides tienen actividad antioxidante. El beta-caroteno es el más estudiado, ya que en la mayoría de los países es el carotenoide más común en las frutas y verduras. Sin embargo, en Estados Unidos, el licopeno de los tomates se consume ahora aproximadamente en la misma cantidad que el betacaroteno. Se ha estudiado la capacidad de los antioxidantes (incluidos los carotenoides) para prevenir enfermedades crónicas. El betacaroteno y otros carotenoides tienen propiedades antioxidantes in vitro y en modelos animales. Las mezclas de carotenoides o las asociaciones con otros antioxidantes (por ejemplo, la vitamina E) pueden aumentar su actividad contra los radicales libres. El uso de modelos animales para estudiar los carotenoides es limitado, ya que la mayoría de los animales no absorben ni metabolizan los carotenoides de forma similar a los seres humanos. Los estudios epidemiológicos han mostrado una relación inversa entre la presencia de varios tipos de cáncer y los carotenoides en la dieta o los niveles de carotenoides en la sangre. Sin embargo, tres de los cuatro ensayos de intervención en los que se utilizaron dosis elevadas de suplementos de betacaroteno no mostraron efectos protectores contra el cáncer o las enfermedades cardiovasculares. Más bien, la población de alto riesgo (fumadores y trabajadores del amianto) en estos ensayos de intervención mostró un aumento de los casos de cáncer y angina. Parece que los carotenoides (incluido el betacaroteno) pueden promover la salud cuando se toman en niveles dietéticos, pero pueden tener efectos adversos cuando se toman en dosis altas por sujetos que fuman o que han estado expuestos al amianto. Será tarea de los estudios actuales y futuros definir las poblaciones que pueden beneficiarse de los carotenoides y definir las dosis adecuadas, la duración del tratamiento y si son más ventajosas las mezclas, en lugar de los carotenoides individuales (por ejemplo, el betacaroteno).

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