Nota: Este artículo contiene temas que algunos lectores pueden encontrar angustiosos.
Mindhunter vuelve para su segunda temporada y con ella llega una nueva tanda de asesinos en serie cuyas mentes vamos a desentrañar.
Ed Kemper, que fue presentado en la primera temporada de la serie dramática de crímenes reales (estrenada en 2017), es uno de los personajes que regresa para la segunda entrega. Aunque algunos de los inquietantes detalles de sus crímenes se trataron en la primera tanda de episodios allá por 2017, la historia real de Kemper es la que realmente define lo que es Mindhunter.
En una entrevista exclusiva con Digital Spy, John Douglas, el ex agente del FBI cuyo trabajo inspiró la serie de televisión (por no hablar de El silencio de los corderos y decenas de otras películas y programas) nos contó cómo fue interactuar con el asesino convicto en la vida real.
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John Douglas fue agente especial del FBI y es ampliamente conocido como el principal experto cuando se trata de perfiles criminales. La serie Mindhunter está basada en su trabajo pionero, también detallado en el libro del mismo nombre del que Douglas es coautor junto a Mark Olshaker.
Cuando Holden Ford, el personaje principal inspirado en Douglas, se encuentra cara a cara con Kemper por primera vez en el segundo episodio de la serie dramatizada, ambos se dan la mano y el preso dice: «Edmund fue idea de mi madre, así que puedes llamarme Ed.»
Esto establece el escenario para la historia de Kemper; él pinta un cuadro de una terrible relación infantil con su madre, así como con su abuela, que «condicionó» su posterior comportamiento depravado.
«El verdadero Ed Kemper es aún más grande que Cameron , que hizo un trabajo increíble . Ed Kemper medía 1,80 metros y pesaba 90 kilos», dice Douglas.
«A pesar de que era un tipo grande, su madre lo degradaba, lo destrozaba de niño, así que cuando iba a la escuela, siendo tan grande como era, era él quien sufría el acoso».
Añadió: «un tipo extremadamente brillante y agradable. Lo que hizo es horrible pero, lo que estoy pensando mientras hago la entrevista, es que es el resultado de esta primera infancia abusiva por parte de su madre. Si le hubieran sacado de ese entorno, podría haber hecho algo o algo positivo en su vida, pero no fue así».
Discutiendo el concepto de naturaleza frente a crianza en el caso de Kemper, Douglas concluye que «definitivamente, con él, es crianza».
No hace falta decir que aunque la madre de Kemper puede haber sido responsable de la creación de Ed Kemper, Ed Kemper es totalmente responsable de sus propias acciones: «Esto no significa que todo el mundo vaya a crecer como un depredador», dice Douglas.
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«Kemper un coeficiente intelectual de 145, un tipo inteligente, cuando finalmente mató a su madre fue lo último que hizo», añade Douglas. «Se acabó, era el final de la historia. Se puso muy emotivo, muchos de ellos lo hacen, se ponen muy emotivos, empiezan a hablar de la primera infancia, de sus madres, de este tipo de sentimiento de amor-odio hacia la madre.»
Tocando el argumento de que podría haber algún tipo de componente genético implicado en la tendencia a la violencia, Douglas dice: «No creo que haya un gen asesino, o un gen violento, que haga esto»
El ex agente del FBI también revela que otro signo es «la crueldad con los animales, actuar o torturar», que puede actuar como un «puente desde eso a la violencia contra sus semejantes». Según la obra escrita en torno a Ed Kemper, éste mató y enterró al gato mascota de su familia a la edad de 10 años.
La verdadera historia de Ed Kemper: ¿Qué hizo?
Kemper, a veces conocido como el Asesino de las Colegas, fue condenado en 1973 por una serie de asesinatos y actualmente cumple ocho cadenas perpetuas consecutivas. Tenía 24 años en el momento de la condena y había matado a 10 personas, entre ellas su abuela, su abuelo, su madre y la amiga de ésta, así como a varias jóvenes que hacían autostop.
También era conocido por decapitar a sus víctimas y practicar la necrofilia.
A la edad de 15 años Ed se escapó de casa y acabó siendo enviado a vivir con sus abuelos en su granja del centro de California. Fue aquí donde mató a su primera víctima, la abuela Maude Matilda Hughey Kemper, con un rifle. Cuando su abuelo regresó a casa, Kemper lo mató también, al parecer porque «no quería que viera lo que había hecho».
En una entrevista de prensa, publicada en la revista Front Page Detective Magazine tras su condena, Kemper dijo de su abuela: «pensaba que tenía más cojones que cualquier hombre y nos castigaba constantemente a mí y a mi abuelo para demostrarlo».
Llamó a su madre después de estos asesinatos y a la policía después para revelar lo que había hecho. Posteriormente, Kemper fue juzgado en el Tribunal de Menores e internado en el Hospital Estatal de Atascadero. Tenía 21 años cuando fue puesto en libertad, después de haber convencido, sorprendentemente, a las autoridades de que estaba en condiciones de salir.
A principios de los años 70 desaparecieron varias chicas jóvenes, entre ellas Mary Ann Pesce y Anita Luchessa (de 18 años), Aiko Koo (de 15 años) y Cynthia Schall (de 19 años). Posteriormente se encontraron los restos de algunas de las víctimas de Kemper.
Los asesinatos fueron muy comentados en la zona de Santa Cruz en su momento. Se especulaba sobre quién podría haberlo hecho y crecía el temor de quienes hacían autostop o salían solos.
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Kemper era en realidad conocido por los oficiales de policía en esta época, pero como ‘Big Ed’ el tipo amistoso con el que disfrutaban de una copa en uno de los bares locales. Él mismo deseaba ser oficial, pero se lo negaron, ya sea por su tamaño (su historia) o por su historial psiquiátrico anterior, que había sido sellado por las objeciones de un fiscal del distrito. En su lugar, se conformó con socializar con ellos, y ellos no se enteraron de su verdadera naturaleza, hasta que se entregó literalmente y confesó.
El departamento de policía de Santa Cruz recibió una llamada telefónica. «Maté a mi madre y a su amiga. Y maté a esas universitarias. Maté a seis de ellas y puedo mostrarte dónde escondí los trozos de sus cuerpos», dijo la voz masculina (a través de un artículo de archivo de Inside Detective).
Según los agentes encargados de la detención, que fueron enviados a la cabina telefónica que había hecho la llamada, Kemper fue detenido sin forcejear. Kemper confesó los asesinatos del norte de California, ofreciendo detalles de cómo había matado a sus víctimas, así como lo que había hecho con sus restos. Los resultados de la investigación corroboraron los relatos de Kemper. Según los informes, los lugares de enterramiento y depósito de las víctimas de Kemper se encontraban en un radio de 20 millas del apartamento de su madre.
Durante su juicio, Ed Kemper testificó sobre sus crímenes. Los psiquiatras designados por el tribunal, que testificaron a favor de la acusación, describieron que Kemper «tenía un trastorno de la personalidad», pero también dijeron que no estaba criminalmente loco según los estándares legales de California.
El jurado declaró a Kemper culpable y cuerdo, lo cual, en la entrevista de prensa posterior al juicio, Kemper dijo que «realmente no le sorprendió».
Ed Kemper ahora: ¿Sigue en prisión?
Ahora con 70 años, Kemper sigue entre rejas cumpliendo sus ocho cadenas perpetuas consecutivas.
En 1988 afirmó a las autoridades que estaba en condiciones de ser liberado pero que la sociedad no estaba preparada para aceptarlo – «No puedo culparles por ello», dijo (vía AP News). Tres miembros de la Junta Estatal de Condiciones Penitenciarias fallaron por unanimidad en contra de su solicitud de libertad condicional.
Sin embargo, un miembro de la junta de libertad condicional al parecer elogió a Kemper por su «comportamiento ejemplar» en prisión. Se dice que el asesino convicto ha participado activamente en grupos de estudio de la Biblia y también forma parte de un proyecto de libros para ciegos.
Además, en 2007, el abogado de Kemper, Scott Currey, dijo a la junta de libertad condicional durante una audiencia oficial que su cliente estaba contento de permanecer entre rejas.
«Su sensación es -y así lo cree- que nadie le va a dejar salir nunca y que es feliz, es igual de feliz haciendo su vida en la cárcel», dijo Currey, según el New York Post.
La segunda temporada de Mindhunter ya está disponible en streaming en Netflix, junto con la primera temporada de Mindhunter.
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