Dispositivo explosivo improvisado

Componentes

En principio, todos los artefactos explosivos improvisados constan de un mecanismo de iniciación, un detonador, una carga explosiva y una carcasa o conjunto de proyectiles (como cojinetes de bolas o clavos) que produce fragmentos letales al detonar. En la práctica, los artefactos explosivos improvisados pueden estar hechos de muchos tipos de objetos y materiales diferentes, como balas de artillería o mortero, bombas aéreas, ciertos tipos de fertilizantes, TNT y otros explosivos. Los artefactos explosivos improvisados también pueden contener componentes radiológicos, químicos o biológicos para aumentar sus efectos letales y psicológicos. Los artefactos explosivos improvisados destinados a matar o herir al personal pueden ser tan simples como las bombas de tubo (un tubo de metal lleno de material explosivo y sellado en ambos extremos), aunque a menudo son más complejos. Los artefactos explosivos improvisados en vehículos, destinados a destruir edificios, pueden contener grandes cantidades de explosivos para aumentar su capacidad destructiva. Los artefactos explosivos improvisados destinados a destruir vehículos pueden ser bastante sofisticados, especialmente si el objetivo está blindado. Por ejemplo, algunos artefactos explosivos improvisados tienen cabezas de carga que al detonar crean chorros de metal fundido que pueden penetrar el blindaje. En Irak, algunos grupos de la milicia Shīʿite utilizaron proyectiles formados explosivamente (EFP) -una forma extremadamente letal de carga formada suministrada por Irán- para destruir incluso los vehículos más blindados, como los tanques M1 Abrams.

Dispositivo explosivo improvisado (IED)

Fuerzas de seguridad afganas y estadounidenses inspeccionando dispositivos explosivos improvisados, provincia de Kandahār, Afganistán, 2010.

Spc. Ian Schell/U.S. Army

Los insurgentes han utilizado una amplia variedad de sistemas de iniciación para desencadenar detonaciones. Dichos sistemas se dividen en dos categorías básicas: los iniciados por el mando y los iniciados de forma autónoma. Los artefactos explosivos improvisados iniciados por órdenes se detonan mediante la interacción humana con el mecanismo de activación. Normalmente, un receptor en el explosivo desencadena la detonación cuando se envía un impulso electrónico a través de un circuito de cables o mediante una señal inalámbrica. Ejemplos comunes de iniciadores de comandos son los teléfonos móviles, los buscapersonas, los teléfonos inalámbricos, los abridores automáticos de puertas de garaje, las alarmas de coches, los timbres inalámbricos y los juguetes por control remoto. Los artefactos explosivos improvisados de iniciación autónoma se detonan automáticamente sin intervención humana. Ejemplos comunes de esos iniciadores son los cables de tropiezo, las placas de presión que activan el mecanismo de detonación cuando se coloca una cierta cantidad de peso sobre ellas, los sistemas de infrarrojos que activan el mecanismo de detonación cuando un vehículo rompe el contacto de un rayo con su receptor, y los detonadores magnéticos que se activan por cambios en un campo magnético (como cuando pasa un vehículo).

Dispositivo explosivo improvisado (IED)

Un soldado del Ejército de Estados Unidos mostrando los componentes que suelen encontrarse en un dispositivo explosivo improvisado, 2012.

Spc. Tristan Bolden/Ejército de Estados Unidos

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