Las roturas de menisco son lesiones de rodilla muy comunes. Con el diagnóstico, el tratamiento y la rehabilitación adecuados, los pacientes suelen recuperar las capacidades que tenían antes de la lesión.
El menisco es un disco gomoso en forma de C que actúa como «amortiguador» entre el fémur y la tibia. Ayuda a amortiguar y estabilizar la articulación de la rodilla. Cada rodilla tiene dos meniscos: uno en la parte exterior de la rodilla y otro en la parte interior.
La rotura del menisco suele estar causada por una única lesión aguda, como un giro repentino o una vuelta rápida durante la actividad deportiva. Dado que los meniscos se debilitan y se desgastan con el tiempo, las personas mayores son más propensas a sufrir una rotura de menisco degenerativa.
Síntomas
Es posible que sienta un «chasquido» cuando se rompe un menisco. La mayoría de las personas pueden seguir caminando con la rodilla lesionada. Muchos deportistas siguen jugando con un desgarro. A lo largo de dos o tres días, la rodilla se volverá gradualmente más rígida e hinchada.
Los síntomas más comunes de la rotura de menisco son:
- Dolor
- Rigidez e hinchazón
- Atrapamiento o bloqueo de la rodilla
- Sensación de que la rodilla «cede»
- No puede mover la rodilla en toda su amplitud de movimiento
Sin tratamiento, un trozo de menisco puede desprenderse y derivar hacia la articulación. Esto puede hacer que su rodilla se deslice, salte o se bloquee.
Diagnóstico
Debido a que otros problemas de rodilla causan síntomas similares, su médico puede solicitar pruebas de imagen para ayudar a confirmar el diagnóstico.
Radiografías. Aunque las radiografías no muestran las roturas de menisco, pueden mostrar otras causas de dolor de rodilla, como la artrosis.
Resonancia magnética (RM). Este estudio puede crear mejores imágenes de los tejidos blandos de la articulación de la rodilla, como el menisco.
Tratamiento
La forma en que su cirujano ortopédico trate su desgarro dependerá del tipo de desgarro que tenga, de su tamaño y de su ubicación.
El tercio exterior del menisco tiene un rico suministro de sangre. Un desgarro en esta zona «roja» puede curarse por sí solo, o a menudo puede repararse con cirugía. Un desgarro longitudinal es un ejemplo de este tipo de desgarro.
En cambio, los dos tercios interiores del menisco carecen de suministro de sangre. Sin los nutrientes de la sangre, los desgarros en esta zona «blanca» no pueden curarse. Estos complejos desgarros suelen producirse en cartílagos finos y desgastados. Dado que las piezas no pueden volver a crecer juntas, los desgarros en esta zona suelen recortarse quirúrgicamente.
Además del tipo de desgarro que tenga, su edad, nivel de actividad y cualquier lesión relacionada serán factores que influyan en su plan de tratamiento.
Tratamiento no quirúrgico
Si su desgarro es pequeño y se encuentra en el borde exterior del menisco, es posible que no requiera reparación quirúrgica. Mientras los síntomas no persistan y la rodilla esté estable, el tratamiento no quirúrgico puede ser todo lo que necesite.
El protocolo RICE es eficaz para la mayoría de las lesiones relacionadas con el deporte. RICE significa descanso, hielo, compresión y elevación.
Descanso. Tómese un descanso de la actividad que causó la lesión. Su médico puede recomendarle que utilice muletas para evitar poner peso en la pierna.
Hielo. Utilice compresas frías durante 20 minutos seguidos, varias veces al día. No aplique el hielo directamente sobre la piel.
Compresión. Para evitar una mayor hinchazón y pérdida de sangre, utilice un vendaje de compresión elástico.
Elevación. Para reducir la hinchazón, reclínese cuando descanse y ponga la pierna más alta que el corazón.
Medicamentos antiinflamatorios no esteroideos. Medicamentos como la aspirina y el ibuprofeno reducen el dolor y la hinchazón.
Tratamiento quirúrgico
Si sus síntomas persisten con el tratamiento no quirúrgico, su médico puede sugerirle una cirugía artroscópica.
La artroscopia de rodilla es uno de los procedimientos quirúrgicos más realizados. En ella, se introduce una cámara en miniatura a través de una pequeña incisión (portal). Esto proporciona una visión clara del interior de la rodilla. El cirujano ortopédico introduce instrumentos quirúrgicos en miniatura a través de otros portales para recortar o reparar el desgarro.
Meniscectomía parcial. En este procedimiento, se recorta el tejido dañado del menisco.
Reparación del menisco. Algunos desgarros de menisco pueden repararse suturando (cosiendo) las piezas desgarradas. El éxito de la reparación de un desgarro depende del tipo de desgarro y del estado general del menisco lesionado. Dado que el menisco debe volver a unirse, el tiempo de recuperación de una reparación es mucho más largo que el de una meniscectomía.
Una vez completada la curación inicial, su médico le prescribirá ejercicios de rehabilitación. Es necesario realizar ejercicios regulares para recuperar la movilidad y la fuerza de la rodilla. Comenzará con ejercicios para mejorar la amplitud de movimiento. Los ejercicios de fortalecimiento se añadirán gradualmente a su plan de rehabilitación.
En su mayor parte, la rehabilitación puede llevarse a cabo en casa, aunque su médico puede recomendarle fisioterapia. El tiempo de rehabilitación para una reparación de menisco es de unos tres meses. Una meniscectomía requiere menos tiempo de curación, aproximadamente de tres a cuatro semanas.