Recientemente, en una de nuestras publicaciones en Facebook, hubo una discusión sobre la importancia de la vitamina D en las enfermedades autoinmunes y la relación entre la deficiencia de vitamina D y la autoinmunidad. En FindMeCure agradecemos sus opiniones y sugerencias porque abrir un diálogo con las comunidades de pacientes es importante para nosotros. Sus experiencias, observaciones, ideas y perspectivas son valiosas y nos encanta escucharlas en nuestra sección de comentarios, ya sea aquí, en el blog o en una de nuestras plataformas de medios sociales. También te animamos a compartir e intercambiar consejos y palabras de afirmación y apoyo con otras personas que estén pasando por experiencias vitales similares.
Dicho esto, inspirados por la conversación en Facebook, hemos decidido compartir algo de información sobre investigaciones recientes sobre la deficiencia de vitamina D y su relación con las enfermedades autoinmunes. Tener en cuenta los estudios científicos realizados sobre el tema es tan importante como considerar las historias de las personas que tienen una experiencia personal con ella. Queremos que tengas en cuenta que cada vez surgen más investigaciones con nueva información y mejores enfoques, por lo que es fácil que un artículo como éste se quede un poco anticuado en unos años.
El papel de la vitamina D
Tradicionalmente la vitamina D se ha asociado con el metabolismo óseo (es por ello que no sólo el calcio sino también la vitamina D es importante para la salud de los huesos) pero las investigaciones que están surgiendo se centran en el papel que juega en el sistema inmunológico del cuerpo. La señalización de la vitamina D está vinculada a procesos que regulan las respuestas inmunitarias y hay receptores de vitamina D en muchos linajes celulares del sistema inmunitario, como las células T activadas. Lo que esto significa es que merece la pena investigar si la vitamina D tiene algo que ver con el desarrollo o la prevención de las enfermedades autoinmunes, y si es así, qué importancia tiene su papel.
Deficiencia de vitamina D
Según un estudio de 2006, el 36% de los adolescentes, por lo demás sanos, y el 57% de los adultos de EE.UU. tienen deficiencia de vitamina D, y es probable que la cifra sea aún mayor. ¿Por qué? Porque recientemente se ha descubierto que los niveles óptimos de vitamina D deben ser más altos de lo que se pensaba. La vitamina D es uno de los nutrientes que no podemos obtener en cantidad suficiente simplemente cambiando nuestra dieta e introduciendo más cantidad de un determinado grupo de alimentos. El cuerpo humano está diseñado para producir vitamina D como resultado de la exposición al sol, pero la vida moderna ha dificultado la posibilidad de pasar suficientes horas al sol. Por eso, la deficiencia de vitamina D no se limita a ciertos climas y sigue siendo una preocupación incluso en las zonas soleadas del mundo.
Lo que sabemos hasta ahora es que la vitamina D desempeña un papel importante en nuestra salud: la fuerza de nuestros huesos, nuestra condición cardiovascular e incluso nuestro sistema inmunológico. Los niveles bajos de vitamina D no son ciertamente una buena noticia, pero ¿son indicativos de un mayor riesgo de enfermedades autoinmunes?
La vitamina D y las enfermedades autoinmunes
Aunque ahora sabemos que la vitamina D desempeña un papel importante en el sistema inmunológico, hay investigaciones contradictorias sobre si su deficiencia pone a las personas en mayor riesgo de padecer enfermedades autoinmunes. Mientras que algunos profesionales de la medicina e investigadores creen que la deficiencia de vitamina D podría ser un riesgo ignorado, otros sugieren que las personas que viven con enfermedades autoinmunes tienen una deficiencia de vitamina D como resultado de la propia enfermedad. Parece ser la situación de «el huevo o la gallina», así que echemos un vistazo a ambos argumentos.
Según un estudio reciente sobre «La implicación de la vitamina D y la autoinmunidad: una revisión exhaustiva», la vitamina D tiene un efecto inmunomodulador. La revisión interpreta las pruebas que ha reunido para sugerir que los niveles de vitamina D están asociados con el riesgo de esclerosis múltiple, diabetes de tipo I y lupus. Tanto el deterioro de la señalización de la vitamina D como la deficiencia de la misma, según el estudio, pueden ser un factor que contribuya a la autoinmunidad y, por lo tanto, los autores sugieren que la suplementación podría ser un tratamiento prospectivo.
Otra revisión, sin embargo, sugiere que podría ser al revés y que los niveles bajos de vitamina D en los pacientes, en lugar de ser una causa de la enfermedad autoinmune, podrían ser simplemente el resultado de la misma. El estudio también advierte que la administración de suplementos de vitamina D podría agravar los síntomas. La razón es que la vitamina D que se encuentra en los alimentos y en los suplementos (25-hidroxivitamina D) no es realmente una vitamina, sino un secoesteroide, y tiene un efecto similar al de los corticosteroides. Esta forma de vitamina D en lugar de activar inactiva su receptor – el receptor nuclear de la vitamina D (VDR).
El artículo también propone que, dada la amplia presencia de bacterias en el cuerpo humano (se estima que el 90% de las células no son humanas), las enfermedades autoinmunes pueden ser causadas en realidad por patógenos. Al inhibir la respuesta inmunitaria, la 25-hidroxivitamina D reduce inicialmente la inflamación, pero a la larga suprime la capacidad de lucha del sistema inmunitario, lo que permite la propagación de las bacterias.
Queremos que tenga en cuenta que ninguna de estas tesis ha sido suficientemente investigada y hasta ahora se desconocen las causas de la autoinmunidad. Se necesitan más estudios clínicos para determinar si la suplementación con vitamina D es una buena o mala idea.
¿Debe usted tomar suplementos?
Si usted vive con una enfermedad autoinmune, es probable que ésta no sea la respuesta que estaba buscando. La verdad es que los resultados contradictorios de las investigaciones hacen difícil dar una solución clara. Entonces, ¿qué hacer ahora? Puedes seguir buscando ese tratamiento que te funcione con la ayuda de tu equipo de tratamiento. Si después de buscar una segunda opinión (o tantas como necesite) usted y su proveedor de atención médica llegan a la conclusión de que la suplementación con vitamina D es la opción correcta para usted, entonces eso es lo que debe hacer.
Sin embargo, si no está completamente seguro del curso de acción necesario y cree que la causa de su enfermedad debería determinar el tratamiento, puede unirse a un ensayo clínico que estudie la autoinmunidad y lo que hay detrás de ella. También puede unirse a un ensayo que pruebe un tratamiento innovador o incluso la administración de suplementos de vitamina D si desea probarlo bajo el cuidado y la estrecha vigilancia de profesionales médicos. Esta es una respuesta que simplemente no podemos darle. Lo que sí podemos hacer es facilitarle la búsqueda de ensayos clínicos prospectivos en su zona.