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La marihuana puede ser la principal atracción para muchos en el mundo del cannabis, pero Colorado también lidera el cultivo de cáñamo. De hecho, a partir de esta semana, hay aproximadamente 400 negocios activos de cáñamo industrial registrados en el Departamento de Agricultura del estado. Aún así, las ideas erróneas sobre las diferencias (o la falta de ellas) entre el cáñamo y la marihuana están muy extendidas, así que vamos a aclarar la confusión.

Para ser francos, no hay mucha diferencia hereditaria entre los dos. Tanto la marihuana como el cáñamo provienen de la especie vegetal Cannabis Sativa L. Es uno de los cultivos domesticados más antiguos; George Washington cultivó la planta en Mount Vernon. Pero años de cría y manipulación dieron lugar a la aparición de dos variedades: una para fines medicinales y espirituales, y otra para usos agrícolas e industriales.

Las sumidades floridas y las hojas de la planta contienen los elementos psicoactivos y el contenido de tetrahidrocannabinol (THC) que hemos llegado a reconocer como marihuana. En cambio, el cáñamo utiliza semillas y fibras -principalmente del tallo- y contiene bajos niveles de THC y altos niveles de cannabidiol (CBD). Según la ley de Colorado, el cáñamo no debe contener más de un 0,3% de THC en peso seco. (Intenta colocarte con cogollos de una planta de cáñamo – te retamos.)

En términos de propiedades físicas, las plantas de marihuana tienden a ser más cortas y anchas que el físico alto y estrecho del cáñamo. Los agricultores suelen querer dar a la marihuana el mayor espacio de crecimiento posible: Cuanta más luz solar, aire y agua lleguen a la planta, más cogollos brotarán. La prioridad del cáñamo no es producir grandes cogollos para fumar, sino una fuerte fibra para la fabricación.

No es de extrañar que el cannabis esté robando el espectáculo. Con la aprobación de medidas sobre la marihuana recreativa en cuatro estados este mes y la aprobación de la marihuana medicinal en muchos otros (que ahora es legal en la mayoría de los estados), la marihuana se está convirtiendo en la corriente principal. Pero también lo es el cáñamo, aunque en un segundo plano, a pesar de sus aplicaciones menos controvertidas.

¿Por qué la marihuana y el cáñamo no se consideran una misma cosa desde el punto de vista legislativo si se trata de la misma planta? Porque se cultivan de forma diferente. La marihuana es un cultivo hortícola que se cultiva por su contenido de THC, mientras que el cáñamo es un cultivo agrícola que se cultiva para obtener semillas y fibra.

Según la organización de defensa popular Vote Hemp, 32 estados tienen leyes de legalización industrial en vigor, siete estados permiten los cultivos de investigación de cáñamo y cinco estados permiten a los agricultores registrados cultivar cáñamo bajo la ley estatal a pesar de la prohibición federal. Una gran victoria se produjo tras la aprobación de la Ley Agrícola de Estados Unidos en 2014, que permite el cultivo por parte de los departamentos estatales de agricultura y los institutos de educación superior. Pero no es suficiente: Los fabricantes estadounidenses están importando (legalmente) cáñamo en bruto de Canadá, Europa y China – dejando a los agricultores estadounidenses y la posibilidad de un auge económico en el polvo.

Vote Hemp lo pone de esta manera: «Cultivar cáñamo es como conducir. No puedes conducir sin un permiso y no puedes cultivar cáñamo sin un permiso». Hasta que la marihuana y el cáñamo sean eliminados de la lista de drogas de la Lista I, los estados tendrán el control de ambos cultivos y de las industrias correspondientes.

Los efectos psicoactivos de la marihuana la colocaron en la lista de «drogas más peligrosas» en primer lugar. Debido a que el THC influye directamente en nuestro sistema endocannabinoide, el cannabis impacta en nuestro cerebro, cuerpo y funciones en general. Se ha utilizado durante siglos por sus cualidades medicinales y puede reducir los ataques epilépticos, mejorar las molestias de la artritis, tratar el glaucoma y aliviar el dolor.

¿Pero qué pasa con el cáñamo? Un artículo de Popular Mechanics de 1938 cita el cáñamo como «el nuevo cultivo del billón de dólares» con «más de 25.000 usos». Y al menos 150.000 acres de cáñamo se cultivaron para apoyar los esfuerzos de la Segunda Guerra Mundial en el programa «Cáñamo para la Victoria» del USDA.

El cáñamo es un cultivo muy versátil, y los innovadores siguen aprovechando la oportunidad de crear nuevos productos a partir de la planta. Dr. Bronner’s crea múltiples productos de higiene personal, PrAna es una línea de ropa de cáñamo para hombres y Nutiva produce aceite de semilla de cáñamo.

La próxima frontera está en los plásticos basados en el cáñamo. Los químicos e ingenieros se están asociando con los fabricantes para crear biocompuestos a base de cáñamo que luego se moldean o imprimen en 3D en artículos cotidianos como tazas, bolígrafos y gafas.

Tanto la marihuana como el cáñamo son industrias en auge: Desde el punto de vista médico, la marihuana ayuda a millones de estadounidenses a recuperar su vida, su cuerpo y su mente, mientras que el cáñamo tiene un potencial ilimitado en el ámbito industrial y agrícola. Y teniendo en cuenta que la industria de la marihuana en Colorado acaba de celebrar sus mayores ventas recreativas mensuales, con 88,2 millones de dólares, y ha creado más de 18.000 puestos de trabajo el año pasado, las cosas sólo pueden ir a más.

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