Los investigadores insertaron quirúrgicamente electrodos en la amígdala y el hipocampo de nueve participantes, a los que se pidió que vieran escenas de películas de terror.
La amígdala es una región del cerebro con forma de almendra, situada justo al lado del hipotálamo, que actúa como centro principal para el procesamiento de las emociones, el comportamiento emocional y la motivación.
La amígdala, junto con el hipotálamo y el hipocampo, forman el sistema límbico del cerebro, que se ocupa de la memoria y las emociones.
Los participantes en el estudio tenían una forma de epilepsia resistente a la medicación. La colocación de los electrodos se realizó como parte de la evaluación clínica de su actividad convulsiva, y los autores aseguran a los lectores que los electrodos se implantaron únicamente en función de las necesidades clínicas de los pacientes.
Lin y su equipo registraron la actividad neuronal de los participantes. Como explica Jie Zheng, primer autor del estudio, «los electrodos cerebrales profundos capturan las neuronas que se disparan milisegundo a milisegundo, revelando en tiempo real cómo el cerebro atiende a los estímulos de miedo.»
Los investigadores descubrieron que la amígdala y el hipocampo intercambian directamente señales cuando un individuo reconoce estímulos emocionales.
El primer autor, Zheng, explica los hallazgos con más detalle:
«Las neuronas de la amígdala se dispararon 120 milisegundos antes que las del hipocampo», dice el autor. «Es realmente notable que podamos medir la dinámica cerebral con tal precisión. Además, el patrón de tráfico entre las dos regiones cerebrales está controlado por la emoción de la película; un flujo unidireccional de información de la amígdala al hipocampo sólo se producía cuando las personas veían clips de películas de miedo, pero no mientras veían escenas tranquilas.»
El autor principal, Lin, dice que el estudio proporciona «pruebas directas de que la amígdala extrae primero la relevancia emocional y luego envía esta información al hipocampo para ser procesada como un recuerdo»
Lin también explica lo que esto significa para las opciones de tratamiento y cómo su estudio podría impactar en el desarrollo de nuevas terapias para los trastornos psiquiátricos.
«Este es el primer estudio en humanos que delinea el mecanismo por el cual nuestro cerebro procesa el miedo a nivel de circuitos. Esto tiene enormes implicaciones para el tratamiento de los trastornos neuropsiquiátricos. Por ejemplo, los actuales fármacos disponibles para tratar el trastorno de ansiedad se unen a grandes áreas del cerebro, lo que provoca efectos secundarios no deseados. Nuestra esperanza es que algún día podamos dirigirnos y manipular el circuito preciso amígdala-hipocampo implicado en el procesamiento de las emociones negativas al tiempo que se conservan las positivas.»
Dr. Jack Lin
«Este estudio acerca un poco más la promesa de la terapia dirigida», añade Lin.
Aprende cómo los científicos son capaces de reacondicionar el cerebro para combatir el miedo.