Cómo preparar su primera sesión de terapia

Decida qué es importante para usted

Es natural que sus pensamientos y emociones estén revueltos antes de comenzar la terapia. Después de todo, una de las razones para trabajar con un terapeuta es identificar y aclarar las experiencias internas problemáticas que están interfiriendo en su vida. Aunque no tiene que articular una lista detallada de sus preocupaciones y objetivos, saber la razón general por la que busca terapia le ayudará a sentirse preparado para la primera conversación con su terapeuta.

Una pregunta común que hacen los profesionales de la salud mental cuando conocen a un cliente es qué le ha llevado a la terapia, porque el propósito del cliente ayuda al terapeuta a crear un plan útil.2 WebMD sugiere hacer una lista de sus síntomas, incluyendo pensamientos molestos, emociones, comportamientos, experiencias pasadas y situaciones actuales y estresantes.3

Para determinar y expresar su «por qué», su razón para buscar terapia y lo que quiere de ella, participe activamente en la reflexión en lugar de dejar que las ideas vagas den vueltas en su mente.

Su proceso podría ser el siguiente:

  • Dedique un tiempo, quizás 10 o 15 minutos, a reflexionar sobre su propósito para la terapia.
  • Elija un lugar tranquilo y cómodo donde no le interrumpan.
  • La APA sugiere crear un cuaderno dedicado exclusivamente a la terapia.1 Seleccione uno que le resulte atractivo e incluso elija un bolígrafo especial. Utilícelos ahora para anotar lo que desea de la terapia.
  • Haga que el proceso sea positivo y reduzca el estrés tomando una taza de té u otra bebida favorita y saludable. Ponga música o escriba en silencio, lo que le ayude a pensar.
  • Considere primero su objetivo final: ¿Cómo quiere sentirse, pensar y actuar después de su trabajo con el terapeuta? Puede intentar hacer una lluvia de ideas escribiendo libremente todo lo que se le ocurra y organizando después sus ideas.
  • Después, escriba algunas notas sobre lo que le impide sentirse así ahora.

Tomarse tiempo para decidir lo que es importante para usted les dará tanto a usted como a su terapeuta un punto de partida sólido. A partir de ahí, podrá desarrollar sus ideas a medida que trabajen juntos para lograr sus objetivos.

Una vez que haya consolidado lo que es importante para usted a la hora de iniciar la terapia, puede hablar con su terapeuta con antelación para asegurarse de que encaja bien.

Pida una consulta telefónica primero

Si odia el teléfono y la idea de hablar con un terapeuta al que nunca ha conocido en persona le produce ansiedad, simplemente pase a la siguiente sección. Tener una consulta telefónica antes de empezar la terapia es una opción, no un requisito. Si te resulta útil, tienes derecho a hacerlo. Si no lo es, puede renunciar tranquilamente a esta opción y esperar hasta su primera sesión para hacer preguntas.

Es aceptable solicitar una consulta telefónica con su terapeuta antes de comenzar oficialmente las sesiones. De hecho, los terapeutas lo esperan (pero no lo exigen) porque entienden que la elección de un terapeuta es una gran decisión y que anticiparse a su primera sesión puede ser angustioso. Es posible que tenga muchas preguntas que su terapeuta pueda responder para aliviar la ansiedad antes de comenzar en serio.

La APA, el Instituto Nacional de Salud Mental (NIMH) y WebMD sugieren preguntas útiles similares para hacer antes de comenzar la terapia:4,5,3

  • ¿Cómo aborda la ayuda a las personas?
  • ¿Tiene experiencia trabajando con personas que tienen preocupaciones como las mías?
  • ¿Hace planes de tratamiento? Si lo hace, ¿participaré en el mío?
  • ¿Qué puedo esperar durante nuestras sesiones?
  • ¿Qué esperará de mí? ¿Tendré tarea?

Su consulta telefónica inicial puede ayudarle a prepararse para su primera sesión en persona eliminando parte del misterio de la vaga y a menudo intimidante idea de la terapia. Hay otras cosas que puede hacer para prepararse para su cita y así sentirse más tranquilo.

Haga una lista de temas a tratar de inmediato

La primera visita con cualquier terapeuta puede resultar un poco incómoda. Después de todo, se está reuniendo con un extraño para hablar de cosas de las que podría sentirse incómodo. ¿Por dónde empezar? Tenga la seguridad de que un terapeuta es un ayudante educado y capacitado que le hará sentir cómodo y le guiará en la primera sesión. Aun así, llegar preparado puede reducir la ansiedad.

El Instituto Nacional de Salud Mental aconseja que escribir con antelación una lista de lo que quiere discutir durante la primera sesión (y llevarla consigo) puede ser de ayuda.6 En el cuaderno dedicado a la salud mental del que hablamos anteriormente, cree una lista de temas que quiera discutir en su primera sesión. Tenerla con usted cuando se reúna con su terapeuta puede ayudarle a mantenerse centrado y enfocado.

Considere incluir temas como:

  • Desafíos a los que se enfrenta actualmente y que le gustaría explorar en sesiones posteriores (mencionar los temas por adelantado ayudará al terapeuta a guiar las sesiones futuras)
  • Cambios recientes en usted mismo o en las circunstancias de la vida que le impulsaron a buscar terapia
  • Cosas que ya ha probado para sentirse mejor
  • Observaciones de la familia o los amigos (¿han expresado preocupación por ciertos comportamientos o estados de ánimo, por ejemplo?)3
  • Información sobre sus antecedentes personales (su situación familiar, acontecimientos significativos, etc.)7
  • Cuánto tiempo lleva experimentando sus dificultades actuales (si le molesta la ansiedad social, por ejemplo, ¿le ha molestado durante años o es algo nuevo?)

Puede sentirse intimidado al principio al hablar de algunos de estos temas. Mientras prepara su lista, considere lo que quiere decir y apunte algunas notas para guiarse durante la sesión.

Tenga en cuenta que la honestidad es primordial para el éxito de la terapia. Para que tu terapeuta te ayude, necesita saber lo que estás experimentando. Los terapeutas no están ahí para juzgarte. Eligieron su profesión para poder ayudar a las personas a mejorar su salud mental y su bienestar, no para empeorar las cosas.

Es probable que su terapeuta haga hincapié en la confidencialidad. Todos los terapeutas están éticamente obligados a salvaguardar la información que usted comparte con ellos. Salvo en raras circunstancias, como por ejemplo si creen que puedes hacerte daño a ti mismo o a otros, no pueden hablar de ti con nadie más sin tu permiso. Durante la primera reunión, el terapeuta te explicará claramente la confidencialidad y sus límites. Si no lo menciona, puede preguntárselo.

Preguntas prácticas que podría hacer en su primera sesión

En algunos casos, es posible que haya hablado con su terapeuta o con el personal de su consulta con antelación para conocer la logística de la terapia. Si no recibió información básica sobre sus políticas, la primera sesión es el momento de hacer preguntas.

Algunas cosas logísticas que debe saber:

  • Información sobre la facturación, como honorarios, seguros aceptados, si ofrecen una escala móvil o planes de pago
  • Cuántas sesiones puede esperar tener
  • Con qué frecuencia se reunirá con este terapeuta
  • La duración de cada sesión

Comprender los procedimientos de su terapeuta le permitirá planificar en consecuencia e integrar la terapia en su vida.

Disponga de un poco de espacio a ambos lados de su cita

Ya sea su primera cita o cualquier otra sesión, reservar un tiempo extra antes y después de su sesión puede aliviar el estrés innecesario y darle tiempo para procesar el trabajo que usted y su terapeuta han realizado durante la sesión.

A menudo, anticiparse a una sesión de terapia puede causar estrés y ansiedad, y sentirse apurado antes de una sesión puede hacer que se sienta agotado. Llegar temprano y practicar la respiración lenta y profunda desactiva la respuesta del cuerpo al estrés, disminuyendo las hormonas del estrés como el cortisol y la adrenalina y aliviando los síntomas físicos como la tensión muscular, los mareos o las molestias digestivas.2

También puede darle tiempo para repasar los deberes que le hayan pedido entre las sesiones, repasar su cuaderno para ver si tiene nuevas preguntas o simplemente disfrutar de un tiempo de inactividad relajado.

Añadir algo de tiempo extra a su agenda después de la sesión de terapia puede permitirle reflexionar sobre lo que usted y su terapeuta discutieron. Dedicar parte de su cuaderno a escribir un diario después de la sesión puede llevarle a profundizar en sus conocimientos o a establecer nuevos objetivos.

Sea cual sea el tiempo que decida emplear antes y después de cada sesión, concederse aunque sea 10 minutos extra a ambos lados de la cita puede dar un impulso adicional a su sensación de bienestar.

Maneje sus expectativas

Es probable que su primera cita sea un poco diferente a las sesiones posteriores.

La primera cita puede implicar tareas domésticas como:

  • Tener en cuenta la información sobre el seguro y la facturación
  • Completar el papeleo inicial (su dirección, información de contacto, contactos de emergencia, autorizaciones para obtener información de o proporcionar información a otros, si procede)
  • Explicar el proceso de la terapia
  • Discutir la confidencialidad

Cada reunión se basará en las anteriores, pero esta primera es una pizarra en blanco. Es posible que se sienta nervioso e inseguro de lo que debe decir (por lo que tener una lista preparada de temas y conocer el motivo por el que busca la terapia puede ser extremadamente útil).

Su terapeuta no sabe mucho, si es que sabe algo, sobre usted todavía; por lo tanto, es probable que le haga muchas preguntas a medida que empiece a entenderle a usted y lo que está experimentando. Dependiendo del terapeuta y de su enfoque de la terapia, es posible que te haga preguntas sobre tu infancia, educación, trabajo, relaciones, pensamientos, sentimientos o acciones. Sus respuestas ayudan al terapeuta a entenderle y a saber cómo ayudarle mejor.

La sesión inicial suele ser más útil para el terapeuta que para el cliente. Por esta y otras razones, la sesión puede ser decepcionante o frustrante si no sabe qué esperar.

Por qué la primera sesión de terapia puede ser a veces frustrante

Ha decidido buscar terapia, ha seleccionado al profesional con el que quiere trabajar y está listo para lanzarse. Además de sentirse un poco ansioso, es posible que también se sienta emocionado. Al fin y al cabo, estás deseando sentirte mejor y mejorar tu bienestar. Esta es una gran actitud que le mantendrá motivado incluso cuando la terapia pueda ser difícil; sin embargo, también puede prepararle para la decepción en su primera sesión.

Es importante tener expectativas realistas para el proceso terapéutico en general y para la primera sesión en particular. La terapia no es una solución rápida. Es muy probable que no se descubran soluciones en la primera sesión porque la salud mental es compleja. Del mismo modo que se necesita tiempo para que los problemas se desarrollen y comiencen a interferir en su vida, se necesita tiempo para trabajar y desentrañar esos desafíos.

Quizás el aspecto más importante y más útil de la terapia sea la relación entre usted y su terapeuta.8 Esta relación, sin embargo, tarda algún tiempo en desarrollarse. Es posible que los dos empiecen a desarrollar una fuerte compenetración desde el primer apretón de manos, pero la conexión profunda y la confianza no se desarrollarán instantáneamente.

Además, aunque empezarás a expresarte durante la sesión, no será hasta sesiones posteriores cuando el terapeuta te conozca lo suficiente como para saber qué preguntar y cómo interpretar tus palabras y tu comunicación no verbal, y te sientas lo suficientemente cómodo como para profundizar en lo que expresas.

Por lo tanto, será poco probable que salgas de la primera sesión sintiéndote transformado. Sin embargo, es realista esperar que después de su primera reunión sienta la esperanza de que, con el tiempo y con trabajo, la terapia ayude a su salud mental y a su calidad de vida.

Saber que está bien cambiar de terapeuta

Debido a que lleva tiempo desarrollar una relación con su terapeuta y empezar a sentir un movimiento positivo hacia sus objetivos, es aconsejable ser paciente y probar unas cuantas sesiones con un terapeuta antes de decidir si continuar trabajando con él. Según la APA, «Al final de las primeras sesiones, debería tener una nueva comprensión de su problema, un plan de juego y un nuevo sentido de esperanza».1

Si, después de tres o cuatro sesiones se siente frustrado, está bien buscar un nuevo terapeuta con el que trabajar.

Las señales de que este terapeuta no es para usted incluyen:

  • Se siente desconectado del terapeuta
  • No nota ningún progreso hacia el cambio
  • Cada sesión ha terminado con una sensación de confusión o desánimo

La terapia de salud mental es un proceso gradual pero constante de desarrollo de percepciones, superación de obstáculos, establecimiento y consecución de objetivos, y mejora del bienestar y la calidad de su vida. La primera sesión es sólo el comienzo de lo que puede ser un viaje gratificante. Con la preparación y unas expectativas realistas, usted y su terapeuta pueden empezar a desarrollar una relación, una confianza y un importante sentimiento de esperanza de curación.

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