Los científicos solían pensar que las conexiones cerebrales se desarrollaban a un ritmo rápido en los primeros años de vida, hasta que alcanzabas tu pico mental a los 20 años. Las capacidades cognitivas se estabilizaban en torno a la mediana edad y luego empezaban a disminuir gradualmente. Ahora sabemos que esto no es cierto. En cambio, los científicos consideran que el cerebro cambia y se desarrolla continuamente a lo largo de toda la vida. No hay ningún periodo de la vida en el que el cerebro y sus funciones se mantengan estables. Algunas funciones cognitivas se debilitan con la edad, mientras que otras mejoran.
Algunas zonas del cerebro, como el hipocampo, reducen su tamaño. La vaina de mielina que rodea y protege las fibras nerviosas se desgasta, lo que puede reducir la velocidad de comunicación entre las neuronas. Algunos de los receptores de la superficie de las neuronas que les permiten comunicarse entre sí pueden no funcionar tan bien como antes. Estos cambios pueden afectar a la capacidad de codificar nueva información en la memoria y de recuperar la que ya está almacenada.
Por otro lado, la ramificación de las dendritas aumenta, y las conexiones entre áreas cerebrales distantes se fortalecen. Estos cambios permiten al cerebro que envejece detectar mejor las relaciones entre diversas fuentes de información, captar el panorama general y comprender las implicaciones globales de cuestiones específicas. Quizás ésta sea la base de la sabiduría. Es como si, con la edad, el cerebro se volviera mejor para ver todo el bosque y peor para ver las hojas.
La edad es también el mayor factor de riesgo para muchas enfermedades cerebrales, la mayoría de las cuales afectan a la estructura y la función del cerebro. El Alzheimer y otras formas de demencia hacen que las proteínas anormales se agrupen y formen placas y ovillos que dañan el tejido cerebral. Otras enfermedades más comunes en los adultos mayores, como la diabetes y las enfermedades cardíacas, también pueden comprometer la función cognitiva. Los medicamentos, la mala visión y audición, la falta de sueño y la depresión también pueden interferir en la función cerebral y, por tanto, en la capacidad cognitiva.
Como resultado de estos cambios, es probable que empiece a notar ligeros fallos en su memoria a partir de la mediana edad. Por eso, puede que tenga el nombre de un viejo amigo en la punta de la lengua pero no pueda recordarlo, o que no pueda pensar en la palabra que está buscando. Es posible que no esté seguro de si estos deslices reflejan un deterioro normal de la memoria relacionado con la edad o una enfermedad cerebral más grave, como la demencia.
Sin necesidad de realizar un examen neurológico completo, hay formas de ayudar a identificar los signos de una pérdida cognitiva más grave y determinar cuándo debe llamar a su médico (consulte la tabla siguiente).
Pérdida de capacidades cognitivas: ¿Debe preocuparse?Si no está seguro de si tiene cambios cognitivos normales, relacionados con la edad, o algo más grave, aquí tiene una guía. |
|
Aprobablemente el envejecimiento es normal |
Hable con su médico |
A veces busca palabras. |
Utilizas palabras incorrectas: «estufa» en lugar de «mesa», por ejemplo. |
Tardas un poco más de lo normal en realizar las tareas en el trabajo, pero aun así puedes terminarlas. |
Te cuesta realizar tus responsabilidades laborales. Te cuesta seguir una serie de pasos o instrucciones. |
No encuentras las llaves del coche. |
No recuerdas cómo conducir. |
Tienes que concentrarte un poco más en las conversaciones en un entorno ruidoso. |
No puedes seguir las conversaciones en absoluto cuando hay ruido de fondo u otras distracciones. |
Pierdes los nervios un poco más fácilmente durante una discusión. |
Le gritas a tu pareja a menudo, y sin razón. |
Pierdes las llaves de casa de vez en cuando. |
Parece que siempre pierdes las llaves y otros objetos de uso cotidiano, y aparecen en lugares extraños -como en la nevera. |
Olvidas lo que cenaste anoche, pero lo recuerdas en cuanto alguien te da una pista. |
Olvidas lo que cenaste anoche y ningún recordatorio puede refrescar tu memoria. |
Tienes problemas para decidir qué plato elegir en un restaurante, pero al final haces tu elección. |
Le resulta imposible decidir qué comer, elegir qué ropa ponerse o tomar otras decisiones cotidianas. |
Conduce un poco más despacio que antes. |
Tardas mucho en reaccionar al volante, y a menudo te saltas las señales de stop o los semáforos en rojo. |
Tardas un poco más en contestar al teléfono. |
No reconoces cuando el teléfono está sonando, y que tienes que contestar. |
Para saber más sobre cómo evaluar su memoria y aprender formas de mejorar la salud de su cerebro y su aptitud cognitiva hoy mismo, compre Una guía para la aptitud cognitiva, un informe especial de salud de la Escuela de Medicina de Harvard.
Descargo de responsabilidad:
Como servicio a nuestros lectores, Harvard Health Publishing proporciona acceso a nuestra biblioteca de contenido archivado. Tenga en cuenta la fecha de la última revisión o actualización de todos los artículos. Ningún contenido de este sitio, independientemente de la fecha, debe utilizarse nunca como sustituto del consejo médico directo de su médico o de otro clínico cualificado.