La actuación frecuente, la crueldad con las personas o los animales, el desafío y el comportamiento agresivo son sólo algunos de los signos de advertencia del trastorno de la conducta en niños y adolescentes. Si bien algunos de estos comportamientos pueden ser alarmantes para los padres, también pueden tener consecuencias graves para su hijo adolescente, como la suspensión o la expulsión de la escuela o el ingreso en un centro de detención de menores.
Afortunadamente, un tratamiento adecuado desde el principio puede tener un impacto muy positivo en los adolescentes con trastorno de conducta. Pero primero, debe saber qué buscar y los pasos que debe dar para asegurarse de que su adolescente reciba la ayuda que necesita.
Esta breve guía está diseñada para ayudarle a identificar los signos y saber qué pasos dar si cree que su adolescente tiene un trastorno de conducta.
- Trastorno de conducta en adolescentes – estadísticas y datos
- Trastornos concurrentes
- Los factores de riesgo del trastorno de conducta incluyen:
- Buscar y reconocer los signos del trastorno de conducta
- Saber los primeros pasos a dar
- Apoyar y animar a su hijo adolescente
- Qué hacer cuando las cosas se intensifican
- Cuando la terapia individual no es suficiente
- Cuidar de sí mismo
Trastorno de conducta en adolescentes – estadísticas y datos
- El trastorno de conducta es casi dos veces más común en los varones que en las mujeres – en la población general, se estima que entre el 6 y el 16% de los varones tienen trastorno de conducta, mientras que entre el 2% y el 9% lo tienen
- El trastorno de conducta es más probable que se desarrolle en jóvenes que crecen en zonas urbanas que en zonas rurales
- Se estima que entre el 1% y el 4% de los jóvenes de entre 9 y 17 años están afectados por el trastorno de conducta
- En entornos de salud mental, el trastorno de conducta es uno de los trastornos psiquiátricos más comunes diagnosticados entre los niños y los adolescentes
- El trastorno de conducta comienza en la infancia o en la adolescencia -el «inicio en la infancia» se desarrolla antes de los 10 años y tiene un peor pronóstico que el trastorno de conducta «de inicio en la adolescencia»
- Los adolescentes con trastorno de conducta de inicio en la adolescencia tienen menos probabilidades de ser diagnosticados con personalidad antisocial después de los 18 años que aquellos con trastorno de conducta de inicio en la infancia
- El tratamiento del trastorno de la conducta tiene más probabilidades de ser eficaz si se inicia de forma temprana
- El trastorno del comportamiento disruptivo es otro nombre para el trastorno de la conducta
.de inicio de la conducta
Trastornos concurrentes
Otros trastornos de salud mental que a menudo existen antes o concurren con el trastorno de la conducta incluyen:
- Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)
- Trastorno por estrés postraumático (TEPT)
- Trastorno oposicionista desafiante (TOD)
- Depresión
- Ansiedad
- Trastornos por consumo de sustancias
Los factores de riesgo del trastorno de conducta incluyen:
- Historia de abuso o negligencia
- Historia de trauma
- Predisposición genética
- Fracaso escolar
- Lesión cerebral traumática
Buscar y reconocer los signos del trastorno de conducta
Para conseguir que su hijo reciba la ayuda que necesita lo antes posible, lo cual es crucial en el caso del trastorno de la conducta, debe saber a qué atenerse. Los signos y síntomas del trastorno de conducta incluyen:
- Agresión hacia personas o animales
- Amenaza de daño hacia otros
- Iniciar frecuentemente peleas con otros
- Crueldad hacia los animales
- Destrucción de la propiedad, como prender fuego
- Mentir con frecuencia
- Robo
- Recorrer con frecuenciacon la ley
- Forzar a alguien a tener un comportamiento sexual sin el consentimiento de la persona
- Violación frecuente de los derechos de los demás
- Creación frecuente de conflictos mediante la escalada de problemas
- Falta de remordimiento por el mal comportamiento o herir a los demás
- Dificultad para sentir o mostrar empatía
- Entrar a la fuerza en las casas o coches de los demás
- Contradecir a la gente
- Intentos frecuentes de intimidar a los demás
- Comportamiento de acoso
- Infringir frecuentemente las reglas
- Meterme en problemas en la escuela con regularidad
- Faltar a la escuela con frecuencia
- Huir de casa
- Peleas físicas
- Ver que los demás son hostiles o agresivos (incluso cuando no lo son)
- Problemas para interpretar con precisión interpretar las señales sociales
- Las lesiones frecuentes por meterse en peleas o tener accidentes
Saber los primeros pasos a dar
Si sus observaciones e instintos le hacen sospechar que su adolescente tiene un trastorno de conducta, los tres primeros pasos a dar para manejar la situación son:
1 – Hablar con su adolescente. Siéntese con su hijo adolescente y exprese su preocupación por los comportamientos problemáticos que ha observado. Es probable que ya haya sacado el tema antes, quizás cuando estaba frustrado o enfadado. Hágale saber a su hijo que quiere ayudarle en todo lo que pueda y que está dispuesto a escucharle.
Dado que la rebeldía suele ser un aspecto importante del trastorno de conducta, es posible que su hijo adolescente no esté dispuesto a abrirse a usted. No lo presione, pero tampoco se deje manipular. Tendrá que establecer constantemente límites y expectativas firmes sin gritar, sermonear o entrar en una lucha de poder.
2 – Concertar una cita para una evaluación. El pediatra de su hijo o su médico de cabecera pueden ser un punto de partida. Sin embargo, es importante recordar que él o ella no es un profesional de la salud mental con formación especializada y experiencia en el tratamiento de trastornos particularmente difíciles como el trastorno de conducta. Su médico puede realizar un examen físico para determinar si hay una causa médica subyacente o un problema de abuso de sustancias que pueda estar causando o desempeñando un papel en el comportamiento de su hijo.
En el caso del trastorno de conducta, generalmente es mejor que su hijo adolescente sea evaluado por un psicólogo o psiquiatra, idealmente uno que se especialice en trabajar con niños y adolescentes. Su formación y experiencia permiten a estos profesionales reconocer y comprender los aspectos más sutiles del trastorno de conducta y los retos de tratamiento asociados a él. Pida a su médico de cabecera que le derive o le recomiende.
3 – Lleve a su adolescente a tratamiento. El tercer paso que debe dar es conseguir que su hijo reciba tratamiento. La forma principal de tratamiento para el trastorno de conducta en adolescentes es la terapia, aunque se puede utilizar la medicación para tratar problemas concurrentes.
Terapia de Conversación – Tres de las formas más efectivas y comunes de terapia de conversación utilizadas en el tratamiento del trastorno de conducta incluyen la terapia cognitivo-conductual (TCC), la terapia multisistémica, la terapia conductual y la terapia familiar.
- La terapia cognitivo-conductual es un tipo de terapia conversacional que se centra en ayudar a su hijo adolescente a identificar y cambiar los patrones de pensamiento negativos, la autoconversión y las creencias, sustituyéndolos por pensamientos, autoconversiones y creencias saludables y más positivas
- La terapia multisistémica es una terapia intensiva que implica tanto a la familia como a la comunidad. Ayuda a los delincuentes juveniles abordando los factores ambientales (por ejemplo, la vida en el hogar, los profesores, los amigos, el vecindario) que pueden estar teniendo un impacto negativo en su adolescente
- La terapia conductual se centra principalmente en el cambio de los comportamientos no deseados utilizando cosas como el refuerzo positivo
- La terapia familiar, en particular la terapia familiar funcional, se centra en la identificación y el cambio de las dinámicas familiares poco saludables que pueden estar contribuyendo o empeorando el trastorno de conducta de su adolescente. La terapia familiar funcional está orientada específicamente a los niños y adolescentes que se comportan con frecuencia. Se centra en la reducción de la negatividad en el hogar al tiempo que aumenta el apoyo y mejora la comunicación entre los miembros de la familia.
Medicación – La medicación no suele utilizarse para tratar el trastorno de conducta en sí. Sin embargo, pueden recetarse para ayudar a aliviar los síntomas de cualquier trastorno concurrente, como el TDAH, la ansiedad o la depresión. Siempre hay que tener cuidado con la medicación para los adolescentes, ya que sus jóvenes cerebros aún se están desarrollando. Sin embargo, si los síntomas de su hijo son de moderados a graves, los beneficios suelen superar los riesgos en la mayoría de los casos.
Las opciones de tratamiento adecuadas para su hijo se recomendarán una vez que haya sido evaluado.
Apoyar y animar a su hijo adolescente
Puede ser particularmente difícil saber cómo apoyar y animar a un adolescente con trastorno de conducta, especialmente cuando se muestra desafiante u hostil. A continuación se ofrecen algunos consejos útiles:
- Infórmese sobre el trastorno de conducta para comprender mejor lo que su hijo adolescente está experimentando y por qué tiene ciertos tipos de comportamiento negativo
- Hable con el terapeuta o psiquiatra de su hijo sobre la mejor manera de responder a los comportamientos agresivos, destructivos, desafiantes o crueles
- Establezca límites y normas firmes en el hogar, pero evite entrar en luchas de poder con su hijo
- Esté disponible (y dispuesto) a escuchar y haga saber a su hijo que está ahí para él
- Sea justo, razonable y coherente con las normas que establece y con la forma de hacerlas cumplir
- Comunique las normas y las consecuencias con claridad
- Sea paciente, comprenda que a su hijo le llevará tiempo romper los viejos patrones de comportamiento y desarrollar una actitud más positiva
- No se tome el comportamiento negativo de su hijo como algo personal
- Anime a su hijo a utilizar en casa las habilidades que está aprendiendo en la terapia
- Comprenda que el trastorno de conducta no es algo que su hijo pueda superar simplemente con pura fuerza de voluntad, ni es simplemente una fase de la adolescencia
- Participe activamente en el tratamiento de su adolescente y consulte con su proveedor de tratamiento sus preocupaciones y preguntas
- Esfuércese por crear y mantener un entorno doméstico poco estresante, seguro y estructurado para ayudar a apoyar el tratamiento de su adolescente y su salud emocional general
- Responda a los comportamientos no deseados de una manera firme, Responder a los comportamientos no deseados de forma firme y coherente, sin dramatismo ni enfado
- Esforzarse por mantener la calma incluso si está asustado o preocupado
- Ser genuinamente solidario tanto en sus palabras como en sus acciones
- Revisar con frecuencia a su hijo para ver cómo está, si el tratamiento está ayudando, y para ver si hay algo que pueda hacer que sea útil
Qué hacer cuando las cosas se intensifican
Uno de los mayores retos de la crianza de niños y adolescentes con trastorno de conducta es que pueden ser muy impulsivos e impredecibles. Como resultado, las cosas pueden escalar rápidamente y llevar a una crisis. Si su hijo amenaza con hacerle daño o le hace daño a usted o a cualquier otra persona – otros miembros de la familia, mascotas u otros animales, compañeros de clase, etc. – la seguridad de todos es su máxima prioridad. Hacer la vista gorda o asumir que las cosas se calmarán por sí solas puede llevar a resultados desastrosos.
Si las cosas se intensifican, no tarde en pedir ayuda.
- Contacte con el proveedor de su hijo lo antes posible
O, si es fuera de horario:
- Llame a un familiar o amigo cercano para que le ayude
- Lleve a su hijo a la sala de emergencias del hospital más cercano (si puede hacerlo de forma segura)
- Llame al 911
Cuando la terapia individual no es suficiente
A veces la terapia individual simplemente no es suficiente para tratar y manejar adecuadamente el trastorno de conducta de su adolescente. Si su hijo adolescente:
- Amenaza, planea activamente o está haciendo daño a otra persona
- Amenaza o planea activamente el suicidio
- Hace gestos o intentos de suicidio
- Es incapaz de funcionar adecuadamente en casa, en la escuela o en otros entornos
entonces es el momento de considerar un nivel de tratamiento más intensivo. Esto puede implicar:
- Tratamiento ambulatorio intensivo (IOP) / tratamiento psiquiátrico de día
- Tratamiento residencial
- Tratamiento de diagnóstico dual
- Tratamiento psiquiátrico hospitalario
El tratamiento ambulatorio intensivo o el tratamiento psiquiátrico de día pueden variar en términos de la cantidad de tiempo que se pasa en el tratamiento y la frecuencia (por ejemplo, dos veces a la semana, 5 días a la semana) que su hijo debe ir. Estos programas son el siguiente paso del tratamiento ambulatorio normal (es decir, una hora de terapia una o dos veces a la semana).
El tratamiento residencial implica que su hijo permanezca en un centro de tratamiento no hospitalario especializado en el tratamiento de adolescentes con trastornos de salud mental. El tratamiento residencial suele durar entre 30 y 180 días, según el trastorno y su gravedad. Si el abuso de sustancias también es un problema, busque un centro de tratamiento residencial que ofrezca un tratamiento de diagnóstico dual.
El tratamiento de diagnóstico dual se recomienda para los adolescentes que tienen tanto un trastorno de conducta como un trastorno por uso de sustancias. Este tipo de tratamiento suele realizarse en un entorno de tratamiento residencial o como parte de un programa de tratamiento ambulatorio intensivo.
El tratamiento psiquiátrico hospitalario es el nivel más alto e intensivo de tratamiento para los adolescentes que son un peligro inminente para ellos mismos o para los demás. Requiere el ingreso del adolescente en una unidad hospitalaria de psiquiatría para adolescentes, donde el personal médico lo vigilará las 24 horas del día. Este nivel de tratamiento puede durar varios días.
Cada uno de estos niveles intensivos de tratamiento suele proporcionar terapia diaria en diversas formas, como terapia individual y/o de grupo, así como otros tipos de terapias como la musicoterapia o la terapia artística. También pueden producirse visitas frecuentes o diarias con un psiquiatra del personal, especialmente si su adolescente está siendo tratado con medicación.
Cuidar de sí mismo
Tratar con un adolescente que tiene un trastorno de conducta puede provocar una serie de emociones negativas. Estas pueden incluir sentimientos de desesperanza, impotencia, ira, frustración y desesperación. También es posible que luche con una sensación de fracaso como padre, culpándose a sí mismo por el comportamiento de su hijo y preguntándose en qué se equivocó. Sin embargo, castigarte a ti mismo no te ayudará y ciertamente no beneficiará a tu hijo adolescente.
Considerando la carga emocional del trastorno de conducta, es esencial que hagas un esfuerzo diario y concienzudo para cuidar de ti mismo. El cuidado personal adecuado ayudará a evitar que esas emociones negativas lo abrumen y lo derroten, y ayudará a reforzar su bienestar emocional.
Algunas cosas que puede hacer para cuidarse incluyen:
- Rodearse de personas que lo apoyen. Esto puede incluir un terapeuta, un pastor u otros miembros de su iglesia, grupos de apoyo locales o en línea, miembros de la familia y amigos cercanos. Cuanto más apoyado se sienta, más fácil será apoyar y animar a su hijo adolescente.
- Duerma mucho y lleve una dieta saludable
- Dedique tiempo a sí mismo
- Aprenda formas saludables de manejar su estrés
El trastorno de conducta es un reto, pero tener un padre sano y que le apoye es uno de los mejores regalos que puede hacer a su hijo adolescente.