Al guionista, director y productor Brian Koppelman («The Girlfriend Experience», «Solitary Man», «Ocean’s 13») le preguntan constantemente cómo encontrar un agente. Así que decidió responder a la pregunta en una entrada de blog, que ha dado permiso a Indiewire para volver a publicar a continuación.
Recuerdo, con aplastante especificidad, la semana de febrero de 1997 en la que todas las agencias de talentos de Hollywood rechazaron la oportunidad de representarme. Y recuerdo que sentí como un hecho absoluto, como una sentencia irreversible, desde lo alto, que el guión que mi compañero y yo escribimos no sólo era invendible, sino que ni siquiera era lo suficientemente fuerte como para sugerir que teníamos alguna promesa como guionistas. Estaba tan conmocionado por estos rechazos que escribí lo que cada agente dijo a la persona que nos había sometido a consideración. Uno dijo que «el guión está sobreescrito». Otro que «estos personajes están mal escritos». Un tercero dijo que «nadie va a comprar un guión de póquer», y un cuarto, lo juro, que «ya hay tres guiones de póquer en el mercado ahora mismo».
Ningún agente pidió una reunión con nosotros ni leer más material.
Menos de un mes después, Miramax compró el guión en cuestión (que se convertiría en la película «Rounders»). Y a finales de marzo, todas las agencias nos llamaban solicitando reuniones, ofreciéndose a volar a Nueva York para llevarnos a tomar un café, pidiéndonos que les permitiéramos el privilegio de explicar por qué ellos, y su equipo, eran los mejores y los únicos que debían representarnos. Porque eran verdaderos fans de lo que hacíamos, tenían una verdadera comprensión de nuestro trabajo y, desde el momento en que habían leído nuestro guión, sabían que íbamos a tener una larga y distinguida carrera, si, por supuesto, contábamos con las personas adecuadas a nuestro alrededor para guiarnos a través del difícil laberinto de Hollywood.
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Aquí está la mejor parte; les leí a cada uno de ellos los comentarios que habían hecho sobre el guión un mes antes. Siendo agentes, ninguno de ellos se saltó un detalle: «ese no era yo, tenía un asistente leyendo»; «oh, bueno, despedí a ese lector; «sólo leí la cobertura». Ninguno de ellos se hizo cargo, dijo: «me equivoqué», o «no pensé que se vendería», o, incluso, «no se reveló la primera vez, pero después de que Harvey lo comprara, decidí leerlo de nuevo, Y ahora lo entiendo».»
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Esto no hace que los agentes sean malvados o malas personas. Pero sí, creo, da pie a la idea de que su juicio es, de hecho, un juicio sobre el valor intrínseco de la obra en cuestión. Y es una explicación tan buena como cualquier otra de la razón por la que la mayoría de los guionistas profesionales ponemos los ojos en blanco cuando los escritores noveles nos preguntan cómo conseguir un agente.
Los agentes son, en su mayoría, reactivos, no proactivos. Tienen que serlo; se pasan el día atendiendo a los clientes actuales, a los estudios de cine, a los productores, al flujo de acuerdos, a todo ello. Y saben que la mayoría de los guiones que envían los aficionados no van a cambiar las reglas del juego, no van a vender millones de dólares, no van a ser el comienzo de una carrera prometedora.
«Sí», te oigo decir, «pero mi guión cambia las reglas del juego, es un proyecto de un millón de dólares, es el comienzo de una carrera prometedora».
Supongamos, por un momento, que es todo lo que crees que es. ¿Qué pasa entonces? Bueno, entonces, creo que encontrará representación. Pero puede que no sea presentándolo, a ciegas, a las mejores agencias. Lo más probable es que, si has escrito algo de verdadera calidad, también puedas redactar correos electrónicos, cartas, entradas de blog, tuits y estados de Facebook de forma atractiva, memorable e ingeniosa.
Nunca ha habido un momento más fácil para atraer la atención hacia ti. Para hacer que tú y tu trabajo destaquen. Todo lo que tienes que hacer es convencer a la gente de que les beneficiaría invertir su tiempo en ti y en tu material. Porque así es como funciona el negocio.
Todos los días, los ejecutivos del negocio del cine, y los guionistas, directores y productores, están en línea, participando, buscando algo grande. Tu trabajo es encontrar la manera de que te pidan que leas tu material. La forma de hacerlo no es pidiéndoselo. Es creando una persona inteligente, atractiva y entretenida, sin parecer loco o desesperado o temeroso,
«Sí», puedo oírte decir, «pero eso no es justo. Todo lo que debería hacer es escribir el gran guión. No quiero tener que ser una especie de mono tramposo online»
De acuerdo. No te crees un personaje online. Coge una escena del guión y fílmala. De forma barata. Y ponla en YouTube. O en tu propia página web. Si es realmente buena, otras personas empezarán a enlazarla y, antes de que te des cuenta, los agentes te pedirán que les envíes el guión completo.
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«Sí», te oigo decir, «pero no soy director. No tengo el dinero, no…»
De acuerdo. No lo filmes. ¿Qué tal esto? Envía el guión a la Lista Negra. Te costará unos cincuenta dólares, será revisado por lectores profesionales, y si les gusta-
«Sí-«
Entonces haz un viaje a Los Ángeles. Averigua dónde van a beber o a salir de fiesta los asistentes de las distintas agencias, hazte amigo de ellos-
«No es muy social-«
Bien. Coloca el guión, en su totalidad, en tu página web, y luego compra algunos anuncios online en lugares a los que va la gente del cine, baratos, para dirigir el tráfico a la página-
«No hay dinero para hacer eso. ¿Por qué no puede funcionar así? Envío el guión a CAA o WME. Ellos lo leen, me llaman y me envían un camión lleno de dinero y fama a mi casa»
Hmmm.
La cuestión es esta: hay enormes barreras de entrada en el negocio del cine y la televisión. Siempre las ha habido. Es una simple cuestión de números y realidad. Y tu elección es, realmente, quejarte de lo difícil que es conseguir representación o salir ahí fuera y hacer algo tan increíble que la representación te encuentre.
Porque de eso trata realmente la historia de nuestro primer guión. No estoy diciendo que el guión fuera increíble. Pero el hecho de que Harvey Weinstein lo comprara lo fue. Para la industria. Y ellos reaccionaron de la misma manera.
Preocúpate por el trabajo. Haz el trabajo. Cuando sea realmente innegable, tu reto no será encontrar un agente. Será elegir entre todos los que te ruegan que firmes con ellos.