Los productos comestibles de algas marinas se han consumido en muchos países asiáticos. Las algas comestibles acumulan yodo del agua de mar, por lo que son una buena fuente dietética de yodo. Un consumo adecuado de algas puede eliminar los trastornos por carencia de yodo, pero una ingesta excesiva de yodo no es buena para la salud. La ingesta dietética de referencia recomendada de 0,15 mg/d y 0,14 mg/d de yodo se ha establecido en Estados Unidos y Taiwán, respectivamente. En este estudio, se analizaron 30 muestras de algas para determinar su contenido de yodo. Las muestras incluían 10 nori (Porphyra), 10 wakame (Undaria) y 10 kombu (Laminaria). El yodo en las algas se derivó con 3-pentanona y se detectó mediante cromatografía de gases-detector de captura de electrones (GC-ECD). El límite de detección del método fue de 0,5 mg/kg. El contenido de yodo estudiado para el nori fue de 29,3-45,8 mg/kg, para el wakame de 93,9-185,1 mg/kg y para el kombu de 241-4921 mg/kg. El kombu tiene el mayor contenido medio de yodo, 2523,5 mg/kg, seguido del wakame (139,7 mg/kg) y el nori (36,9 mg/kg). El método GC-ECD desarrollado en este estudio es una alternativa de bajo coste a la espectroscopia de emisión óptica con plasma acoplado inductivamente para la detección de yodo en las algas. Se calculó la ingesta de yodo procedente de las algas en el presente estudio y se comparó con la ingesta dietética de referencia de yodo de Taiwán. También se discute el riesgo y el beneficio del consumo de algas.
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