Antropología cultural

Un rol de género es un conjunto de normas sociales que dictan qué tipos de comportamientos se consideran generalmente aceptables, apropiados o deseables para una persona en función de su sexo real o percibido. Suelen centrarse en las concepciones opuestas de la feminidad y la masculinidad, aunque existen innumerables excepciones y variaciones. Los detalles relativos a estas expectativas de género pueden variar sustancialmente entre las culturas, mientras que otras características pueden ser comunes en toda una serie de culturas. Existe un debate continuo sobre hasta qué punto los roles de género y sus variaciones están determinados biológicamente y hasta qué punto se construyen socialmente.

Varios grupos han liderado esfuerzos para cambiar aspectos de los roles de género predominantes que consideran opresivos o inexactos, sobre todo el movimiento feminista.

El término «rol de género» fue acuñado por primera vez por John Money en 1955 durante el curso de su estudio de los individuos intersexuales para describir las formas en que estos individuos expresan su condición de hombre o mujer, en una situación en la que no existe una asignación biológica clara.

Antecedentes

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define los roles de género como «los papeles, comportamientos, actividades y atributos construidos socialmente que una sociedad determinada considera apropiados para hombres y mujeres». Sin embargo, se sigue debatiendo hasta qué punto el género y sus roles se construyen socialmente (es decir, sin influencia biológica), y hasta qué punto «construido socialmente» puede considerarse sinónimo de «arbitrario» o «maleable». Por lo tanto, una definición concisa y autorizada de los roles de género o del propio género es difícil de alcanzar.

Algunos sistemas de clasificación, a diferencia de la OMS, son no binarios o de género queer, y enumeran múltiples géneros posibles, incluyendo el transgénero y el intersexual, como categorías distintas. Los roles de género son culturalmente específicos, y aunque la mayoría de las culturas sólo distinguen dos (niño y niña u hombre y mujer), otras reconocen más. La androginia, por ejemplo, se ha propuesto como un tercer género. Otras sociedades han afirmado ver más de cinco géneros, y algunas sociedades no occidentales tienen tres géneros: hombre, mujer y tercer género. Algunos individuos (que no necesariamente provienen de una cultura de este tipo) no se identifican con ningún género.

El rol de género -definido como referido en algún sentido a las expectativas culturales según una clasificación de género entendida- no debe confundirse con la identidad de género, el sentido interno del propio género, que puede o no alinearse con las categorías ofrecidas por las normas sociales. El punto en el que estas identidades de género interiorizadas se exteriorizan en un conjunto de expectativas es la génesis de un rol de género.

Los roles de género suelen mencionarse en un sentido peyorativo, como una institución que restringe la libertad de comportamiento y expresión, o se utilizan como base para la discriminación.

Debido al rol de género predominante de subordinación general, a las mujeres no se les concedió el derecho al voto en muchas partes del mundo hasta los siglos XIX o XX, y en algunas hasta bien entrado el XXI. Las mujeres de todo el mundo no gozan, en muchos aspectos, de plena libertad y protección ante la ley. Por el contrario, debido a la percepción predominante de que los hombres son principalmente el sostén de la familia, rara vez se les concede el beneficio de la licencia de paternidad.

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