Durante el embarazo, la gravedad del acné puede mejorar o empeorar. Es habitual que el acné empeore un poco al principio del embarazo y que mejore a medida que éste avanza. Esto puede estar relacionado con el aumento de los niveles de estrógenos presentes en el embarazo.
Algunas mujeres presentan brotes graves de acné durante todo el embarazo.
Acné en el embarazo
Tratamiento del acné en el embarazo
En general, es preferible evitar los fármacos en el embarazo por si tienen efectos sobre el feto.
¿Qué tratamientos son seguros durante el embarazo?
La ausencia de datos de seguridad puede dificultar el asesoramiento sobre el tratamiento del acné en el embarazo. La mayoría de los expertos coinciden en que los tratamientos tópicos que pueden utilizarse con seguridad durante el embarazo incluyen:
- Peróxido de benzoilo
- Ácido azelaico
- Ácidos frutales como el ácido glicólico
- Preparaciones de ácido salicílico de baja concentración
Se pueden prescribir antibióticos tópicos y eritromicina oral si el acné es grave. Otros antibióticos que pueden recetarse son las penicilinas y las cefalosporinas.
Las terapias con luz y láser para el acné también son seguras.
¿Qué tratamientos no son seguros durante el embarazo?
Los siguientes fármacos deben evitarse en el embarazo o si se está contemplando la posibilidad de un embarazo.
No utilizar preparados tópicos que contengan:
- Retinoides tópicos (tretinoína, isotretinoína y adapaleno)
- Ácido salicílico de alta concentración
No tomar los siguientes medicamentos orales:
- Tetraciclinas en las últimas etapas del embarazo, por ejemplo, doxiciclina, minociclina, limeciclina – pueden decolorar los dientes del bebé
- Otros antibióticos orales como trimetoprim + sulfametoxazol o fluoroquinolonas
- Isotretinoína – es un teratógeno si se toma al principio o a mediados del embarazo, causando la pérdida del feto (aborto espontáneo) o graves deformidades en el nacimiento
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