¿Cómo se diagnostica y se trata un aborto espontáneo?
Su proveedor de atención médica realizará un examen pélvico y una prueba de ultrasonido para confirmar el aborto espontáneo. Si el aborto espontáneo es completo y el útero está limpio, no suele ser necesario ningún otro tratamiento. En ocasiones, el útero no se vacía completamente, por lo que se realiza un procedimiento de dilatación y legrado (D&C) o de dilatación y extracción (D&E). Durante estos procedimientos, se dilata el cuello uterino y se raspa o succiona suavemente cualquier resto de tejido fetal o placentario del útero. Por lo general, la menstruación se reanudará en unas 4 a 6 semanas.
Si no se ha confirmado un aborto espontáneo, pero ha tenido síntomas de aborto, a menudo se prescribe reposo en cama durante varios días, y es posible que sea ingresada en el hospital durante una noche para su observación. Cuando la hemorragia se detenga, normalmente podrás continuar con tus actividades normales. Si el cuello uterino está dilatado, es posible que se le diagnostique un cuello uterino incompetente y que se realice un procedimiento para cerrar el cuello uterino (llamado cerclaje).
Podrían ser necesarios análisis de sangre, pruebas genéticas o medicamentos si una mujer tiene más de dos abortos espontáneos seguidos (lo que se denomina aborto repetido). Algunos procedimientos de diagnóstico utilizados para evaluar la causa del aborto espontáneo repetido incluyen:
- Biopsia del endometrio.
- Histerosalpinografía (una radiografía del útero y las trompas de Falopio).
- Histeroscopia (una prueba durante la cual el médico observa el interior del útero con un dispositivo delgado parecido a un telescopio).
- Laparoscopia (procedimiento durante el cual el médico observa los órganos pélvicos con un dispositivo iluminado).
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