Personas de todas las edades experimentan dificultades para encontrar palabras: esos incómodos «golpes de cerebro» que se producen cuando no puedes recuperar la palabra que realmente quieres decir. Hay pocas cosas más frustrantes que tener que interrumpir una conversación o una reunión a mitad de camino cuando te encuentras con un obstáculo de palabras. Las dificultades para encontrar palabras le ocurren a una persona media varias veces al día y aumentan con la edad. En raras ocasiones, pueden ser un síntoma de un trastorno cerebral.
Consulte a su médico si las dificultades para encontrar palabras son significativas y empeoran progresivamente con el tiempo, o van acompañadas de un empeoramiento de los problemas de memoria. Pero tenga la seguridad de que, para la mayoría de nosotros, las dificultades para encontrar palabras son una experiencia compartida.
Por suerte, hay algunas formas eficaces de domar ese fenómeno de la punta de la lengua:
1. Siga hablando. Es natural hacer una pausa o dejar de hablar cuando se experimenta una dificultad para encontrar una palabra; al fin y al cabo, los pensamientos que fluyen libremente acaban de detenerse en seco. Sin embargo, hacer una pausa no suele ayudar a recuperar esa palabra esquiva en el momento. En su lugar, piense en palabras alternativas para describir lo que quiere decir y siga hablando. No te preocupes si no eres tan conciso como pretendías. Al seguir hablando, te das tiempo para añadir la palabra a la conversación más tarde si se te ocurre. Seguir hablando también te permite mantener la valiosa conexión social de tu conversación. Entonces, ¿cómo elegir palabras alternativas sin comprometer la fluidez de la conversación?
2. Sustituir un sinónimo. Imaginemos que tú y yo estamos hablando de películas clásicas, y que pretendes decir «Creo que Cary Grant fue el actor más sublime de su época». Sin embargo, cuando llegas a la palabra «sublime», te encuentras con un obstáculo de palabras. Es el momento de sustituirla por un sinónimo.
Si por casualidad conoces la letra o el sonido de la palabra que quieres decir, intenta utilizar un sinónimo que empiece por ese sonido; por ejemplo, podrías decir «soberbio» en lugar de «sublime». Al sustituir un sinónimo con la misma primera letra o sonido, estás activando las vías neuronales en la misma zona geográfica del cerebro donde se esconde tu palabra objetivo, lo que puede traerla a la mente más rápidamente.
Si no puedes pensar en la primera letra o sonido de tu palabra objetivo, sustitúyela por una palabra de uso más común que siga transmitiendo el punto, como «estupendo»; «increíble»; o «maravilloso». De cualquier forma, has comunicado tu punto de vista, y yo, como oyente, probablemente ni siquiera me he dado cuenta de tu ingeniosa sustitución de sinónimos.
3. Deja que se filtre. La sensación de tensión interna cuando no puedes recuperar una palabra suele llevar a tu cerebro a buscarla hasta que -¡Voila! – esa palabra perfecta y escurridiza se te viene a la cabeza en medio de una reunión, en el trayecto al trabajo o en cualquier otro momento en el que menos te lo esperas. El grupo de búsqueda de palabras del cerebro suele funcionar mejor cuando no lo dirigimos. Sin embargo, si el grupo de búsqueda no puede localizar la palabra después de un tiempo, no dude en darle un mapa buscando la palabra.
4. Vuélvala a colocar. Después de averiguar esa palabra escurridiza, es el momento de volver a empaquetarla en tu cerebro para poder acceder a ella más fácilmente la próxima vez. Este proceso de dos pasos puede ayudarte: En primer lugar, diferénciela intencionadamente de las palabras que suenan de forma similar (por ejemplo, imagine que la palabra impresa «sublime» es más corta pero similar a «subliminal»), y añada imágenes para embellecerla (podría imaginar un submarino junto a una lima: ¡»sublime»!).
A continuación, repita la palabra recién empaquetada unas cuantas veces al día para fortalecer las conexiones en su cerebro que le ayudarán a recuperarla más adelante. Utiliza esa palabra a propósito con más frecuencia en los próximos días (pruébalo hoy y mañana: comprueba cuántas veces puedes incluir la palabra «sublime» en tus conversaciones), y observa que cada vez es más fácil recordarla. La próxima vez que tenga dificultades para encontrar una palabra, vuelva a empaquetarla y repita esa palabra escurridiza.
Diviértase con este proceso, y sea creativo, ya que el disfrute que siente también puede ayudarle a reforzar su capacidad de recordar.
5. Mejora la salud de tu cerebro. Hacer ejercicio, controlar el estrés, seguir una dieta saludable para el cerebro y mantenerse activo mentalmente construye un cerebro más sano. Y un cerebro más sano suele dar lugar a una mayor rapidez en la búsqueda de palabras, entre otras habilidades. En particular, dormir bien proporciona una ventaja en la búsqueda de palabras. Para la mayoría de los adultos, se necesitan al menos 7 horas de sueño para optimizar el rendimiento del cerebro. Cuando no dormimos -especialmente de forma crónica-, nuestro cerebro empieza a funcionar como un lento operador de centralita, haciendo conexiones lentas e incorrectas, y dejando cada vez más en suspenso nuestros pensamientos -y palabras-. La construcción de la salud del cerebro es una inversión a largo plazo que da beneficios, y nunca es demasiado tarde para empezar. Esté atento a los detalles en futuras publicaciones
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