10 Ejemplos de Mala Conducta Policial

23 de enero de 2020 | Derecho Penal

El término «mala conducta policial» se puede utilizar para describir una amplia gama de acciones impropias o ilegales por parte de los agentes de la ley. Estas acciones pueden implicar brutalidad policial, persecución maliciosa o manipulación de testigos.

Algunos de los casos de mala conducta policial más famosos de los que se tiene constancia son:

Oficiales Eddie Martins y Richard Hall – Violación y agresión sexual

Hay pocos ejemplos más atroces de acoso policial que el acto de agresión sexual y violación cometido por los oficiales Martins y Hall del Departamento de Policía de la ciudad de Nueva York.

Después de detener a una joven por posesión de marihuana, la subieron a su furgón policial. Allí, la obligaron a practicarles sexo oral y la violaron. Llevaron a cabo estos atroces actos amenazándola con acusarla de un delito si no seguía sus órdenes.

Por este caso de acoso policial, los propios agentes han sido acusados de una serie de delitos. Sus cargos incluyen coerción, secuestro, violación y agresión sexual.

El caso Walter Scott – Brutalidad policial y pruebas plantadas

Durante la mayoría de las paradas de tráfico, el agente de policía habla con el conductor, le pone una multa y le manda a seguir su camino. Cuando el oficial Michael Slager detuvo a Walter Scott por una supuesta luz trasera rota, esto no sucedió. En cambio, los dos hombres se vieron envueltos en un altercado físico.

Cuando Scott, desarmado, intentó huir del lugar, el oficial Slager le disparó varias veces, matándolo finalmente. Para justificar sus acciones, el oficial Slager luego colocó su pistola eléctrica junto al cuerpo de Scott.

El oficial Slager está cumpliendo actualmente una condena de 20 años de prisión por su participación en este caso.

Oficial Kevin McDonald – Borracho de servicio

Casi todos los departamentos de policía de los Estados Unidos tienen reglas estrictas sobre el consumo de alcohol o la embriaguez durante el servicio. Cuando el oficial Kevin McDonald del Departamento de Policía de Grovetown presentó los papeles con una tasa de alcohol de 0,087, rompió esas reglas.

El oficial McDonald no fue arrestado por sus acciones. Sin embargo, el jefe de policía Scott Wheatley lo despidió dos días después de que ocurriera el incidente.

El caso de Philando Castile – Brutalidad policial

El caso de Philando Castile es posiblemente uno de los ejemplos más atroces de mala conducta policial de los que se tiene constancia.

Mientras Castile conducía por Falcon Heights, MN, con su novia y la hija de ésta, fue detenido por el agente Jerónimo Yáñez. Cuando el oficial llegó a su coche, Castile le informó de que tenía un arma de fuego legal en el vehículo. El oficial Yáñez le dijo que no buscara su arma, y Castilla aceptó.

Castile entonces informó al oficial que iba a buscar su identificación. El oficial Yanez no estaba escuchando esta declaración y cuando Castile fue a coger su identificación, disparó siete veces contra el vehículo. Castile fue asesinado delante de su novia y su hija.

Por su papel en uno de los casos de brutalidad policial más famosos del país, el agente Yáñez fue acusado de homicidio involuntario. Posteriormente fue absuelto, pero fue destituido de su cargo como agente de la ley.

Oficial Anthony Maldonado – Manipulación de testigos

Cuando el oficial Anthony Maldonado detuvo a un conductor en Maui, HI, vio una gran cantidad de dinero en efectivo en su coche y decidió robarlo. Cuando el conductor denunció el robo al departamento de policía, el agente Maldonado intentó convencerle de que retirara los cargos ofreciéndole un soborno.

Por cometer un robo e intentar manipular a un testigo, el agente Maldonado fue relevado de sus funciones como agente de la ley y condenado a 24 meses de prisión.

El caso de John Spencer: fabricación de pruebas

Al hablar de ejemplos de negligencia policial, es imposible ignorar el caso de John Spencer.

Spencer era un sospechoso en un caso de homicidio que estaba investigando la policía del estado de Nueva York. Sin embargo, el oficial a cargo del caso -Craig D. Harvey- consideró que no tenían suficientes pruebas para procesarlo.

Para rectificar esto, Harvey y otro policía decidieron tomar las huellas dactilares de Spencer de los objetos que había tocado mientras era fichado. La pareja añadió las huellas dactilares a las tarjetas de pruebas que luego afirmaron haber sacado de la escena del asesinato.

En 1993, el agente Harvey se declaró culpable de fabricar pruebas y fue condenado a entre 30 y 84 meses de prisión.

El caso de Eric Garner – Brutalidad policial

El asesinato de Eric Garner es quizás el más conocido de los casos de mala conducta policial de esta lista.

Cuando intentaban detener a Eric Garner por la supuesta venta de cigarrillos ilegales, los agentes del Departamento de Policía de Nueva York lo derribaron al suelo. El oficial Daniel Pantaleo colocó entonces a Garner en una llave de estrangulamiento, una maniobra ilegal.

Mientras era sujetado, Garner declaró repetidamente: «No puedo respirar». A pesar de esto, el oficial Pantaleo no lo liberó del estrangulamiento y Garner murió.

Por su papel en la muerte de Eric Garner, el oficial Pantaleo fue despedido del Departamento de Policía de Nueva York.

Oficial Richard Pinheiro – Plantó evidencia

En enero de 2017, el oficial Richard Pinheiro investigó y posteriormente arrestó a un hombre de Baltimore por cargos de drogas. El hombre pasó varios meses en la cárcel como resultado del arresto.

Sin embargo, hubo un problema. Las pruebas utilizadas en el caso contra el hombre de Baltimore fueron plantadas por el oficial Pinheiro. El incidente fue captado por la cámara corporal del agente.

Por sus acciones, el agente Pinheiro fue condenado a tres años de prisión en suspenso. No fue despedido del Departamento de Policía de Baltimore.

El caso Rodney King – Brutalidad policial

Ninguna lista de ejemplos de brutalidad policial estaría completa sin mencionar el caso Rodney King.

En marzo de 1991, King conducía por Los Ángeles con sus amigos, cuando los agentes Tim y Melanie Singer de la Patrulla de Carreteras de California intentaron detenerlo por exceso de velocidad. King había estado bebiendo esa misma noche y se negó a detenerse, temiendo que una condena por conducir bajo los efectos del alcohol violara su libertad condicional.

Después de una persecución de ocho millas, King fue acorralado por los agentes de la CHP. En un par de minutos, los agentes Koon, Powell, Briseno, Solano y Wind de la policía de Los Ángeles llegaron al lugar. El grupo de agentes de la ley intentó poner a King y a sus amigos bajo arresto, pero King se resistió.

En respuesta a la resistencia de King, el agente Koon le aplicó dos descargas eléctricas, haciendo que King cayera al suelo. Cuando King intentó ponerse de pie y avanzar hacia el agente Powell, fue golpeado con una porra y enviado al suelo una vez más. Los agentes Wind, Briseno y Powell siguieron golpeando a King con las porras hasta que pudieron esposarlo.

En total, King recibió 33 golpes de porra de los agentes. También le dieron siete patadas.

Los agentes del Departamento de Policía de Los Ángeles implicados en el incidente fueron acusados de agresión y de uso excesivo de la fuerza. Sin embargo, todos fueron absueltos en el juicio.

El caso de Rachelle Jackson: detención falsa y persecución maliciosa

Cuando Rachelle Jackson vio un accidente de coche en el que estaban implicados dos policías de Chicago, se lanzó valientemente a la acción. Poniendo su propia vida en peligro, corrió hacia el coche en llamas y sacó a uno de los agentes.

Mientras Jackson asistía al individuo herido, llegaron al lugar más agentes del CPD. En lugar de agradecer a Jackson su ayuda, comenzaron a interrogarla sobre el robo del arma del agente herido. Finalmente la arrestaron.

Jackson estuvo en la cárcel durante 10 meses a la espera de juicio. Durante ese tiempo, la amenazaron repetidamente y la presionaron para que firmara una declaración escrita.

Cuando su caso se presentó finalmente ante un juez, fue desestimado. Posteriormente, Jackson demandó a los agentes y a la ciudad de Chicago por persecución maliciosa, falsa detención e interrogatorio coercitivo, y recibió una indemnización de 7,7 millones de dólares.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.